El malestar militar
El tema militar ha vuelto a la Prensa, y aunque se trata de un tema delicado, sobre el que por principio preferimos callar, las características de algunos comentarios justificar que lo abordemos nuevamente. Tenemos principalmente presente el artículo en que un conocido diputado socialista se diría que convoca a una nueva cruzada civil en defensa de las libertades frente a no sabemos bien qué demasías posibles del poder militar. ( ... )¿Se quiere prohibir a los. militares que se sientan disgustados? No creemos que llegue a tanto el más fanático partidario de la doctrina del Ejército como «gran mudo»: eso sería un ejército sin cabeza ni voluntad, un ejército «robot». ¿Y es tan grave que, teniendo a la vista las previsibles consecuencias, quienes deben den a conocer ese malestar en forma cuya discreción ya hubiéramos querido en otras ocasiones de nuestra historia?
En el articulista al que hemos aludido se reproduce el error de las izquierdas durante la 11 Repúblíca: suponer que un Parlamento puede hacerlo todo y a los Ciudadanos sólo les toca elegirlo una vez y callar después. Sin embargo, bien saben las izquierdas recurrir, cuando les conviene, a la fuerza disuasoria de sus sindicatos, incluso en formas, como las huelgas, que por lo coactivas representan una pistola puesta al pecho de los legisladores. Naturalmente, nosotros no vamos a aprobar esto último, pero sí a recordar que, junto al poder legislativo, hay otros poderes. Los señores diputados que han suscrito la proposición de ley ampliando la amnistia habrían hecho mejor recordando que había de por medio unas sentencias dictadas por unos tribunales perfectamente constitucionales y que de un plumazo se pretende borrar. Como deberían haber recordado también que hay una ley de amnistía, cuyo contenido y límites fueron cuidadosamente trazados y que, reiterada y autorizadamente se ha declarado que no sería ampliada. (...)
, 20 de julio
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