Confusión en torno al atentado, contra el ex primer ministro iraní, Chapur Bajtiar
Ayer, al amanecer, fueron detenidos en París dos miembros más del comando que el viernes intentó asesinar a Chapur Bajtiar, el ex primer ministro iraní de la última etapa del reinado del sha. La policía lleva las investigaciones con el máximo secreto y no ha podido conocerse con exactitud la identidad de los cinco miembros del comando, que, por su parte, según fuentes policiales, dicen pertenecer a la organización palestina Al Fatah, lo cual ha sido desmentido por esta organización.
En este contexto, y para mayor confusión, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Sadegh Gotbzadeh, declaró ayer, en la capital francesa, que su Gobierno no tiene nada que ver con el atentado.Pero todos los medios políticos e informativos galos resaltan la «ingratitud» de Jomeini, que fue hospitalariamente acogido aquí hasta que derribó la monarquía.
Los interrogatorios de la policía, a los tres miembros del comando que intentó asesinar a Bajtiar y dio muerte a un policía y a una vecina del político iraní aceleraron la captura de los otros dos miembros que también participaron en la acción, pero que se mantuvieron en retaguardia y consiguieron fugarse el viernes. Todos ellos, con pasaportes sirios y libaneses, se supo ayer que habían asegurado pertenecer a Al Fatah, principal grupo integrante de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Estos datos, no confirmados oficialmente, daban cuenta también de que el jefe del comando podría ser Abu Mazen, responsable militar palestino. Pero un portavoz de la OLP, desde Beirut, desmintió categóricamente la participación de este último y afirmó que la OLP no tiene nada que ver con el atentado de París. Los cinco miembros del comando, sin embargo, parece ser que en ningún momento del interrogatorio han mencionado el nombre de organizaciones iraníes.
El misterio sobre la identidad del comando se acentuó ayer al escuchar las declaraciones del ministro de Exteriores, Gotbzadeh. El ministro viajaba a Nicaragua, pero se detuvo en el aeropuerto de Orly por unas horas, se entrevistó con un alto funcionario del Ministerio francés de Exteriores, que le manifestó «muy firmemente» que Francia no estaba dispuesta a servir de escenario de ajuste de cuentas entre los iraníes y, como consecuencia de todo el contencioso creado por el atentado contra Bajtiar, suspendió su viaje a Nicaragua y su escala en Madrid y retornó a Teherán. Con antelación, calificó de «provocación grosera organizada a partir de Francia por Bajtiar», el atentado contra este último.
Aseguró que el grupo Guardias del Islam, que reivindicó el hecho anteayer, es desconocido, y que Irán condena el terrorismo.
Sin embargo, la prensa más integrista iraní, como el diario Jumruri Islami, del ayatollah Bahechti (considerado como el «hombre fuerte» de Irán y enemigo del presidente Banisadr), aprobó el atentado y acusó a Francia de ser aliada de EEUU y de Gran Bretaña contra el régimen jomeinista.
Total, un rompecabezas: parece ilógico pensar que los ayatollah iraníes se vieran necesitados de comandos del exterior para asesinar a Bajtiar, pero los franceses, desencantados por su poca «delicadeza», apuntan todos al lider coránico de Quom, Jomeini.
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