Nuevo plan antiinflacionista del Gobierno británico

El Gobierno británico espera que el actual índice de inflación en el Reino Unido, que alcanza la cifra record del 21,9%, la más alta entre los países de la OCDE, se reduzca en cerca de seis puntos para el próximo mes de noviembre, aunque ha advertido que para el año que viene habrá que seguir reduciendo el gasto público y las necesidades crediticias del sector público.

De cumplirse esta predicción, las cifras estarían totalmente en línea con la estimación hecha por el Gobierno cuando sometió al Parlamento el presupuesto para el vigente año fiscal el pasado marzo.

Como todo en la política británica, el anuncio se hizo sin alharacas y sin montajes publicitarios previos, sino simplemente aprovechando un debate parlamentario sobre la industria.

El canciller del Exchequer, sir Geoffrey Howe, se limitó a decir de pasada que cuando el secretario de servicios sociales fije los índices de pensiones el próximo noviembre, estos índices se establecerán en torno al 16,5 %,que será entonces la inflación noviembre-noviembre. Aunque dando una de cal y otra de arena, advirtió que, a pesar de que la política económica conservadora está empezando a dar sus frutos, había que seguir estrechando el cinturón de las necesidades crediticias del sector público, así como el gasto del Estado. Traducido en román paladino, Howe vino a decir que el desempleo aumentará y el crecimiento será, en realidad, decrecimiento.