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Don Juan Carlos: "La construcción de Europa no puede ser un juego de intereses"

Soledad Gallego-Díaz

El rey de España, Juan Carlos, recordó ayer en Luxemburgo, al inicio de la visita oficial de tres días de duración al Gran Ducado, que la ampliación de la Comunidad Económica Europea «no es simplemente una operación técnica» y que «la construcción de Europa no puede quedar supeditada al juego de intereses y a la confrontación de egoísmos».

Luxemburgo es el Estado más pequeño miembro de la Comunidad Económica Europea (CEE), con una extensión territorial inferior a la de la provincia de Albacete, la mitad de habitantes que el barrio de Vallecas y una renta per cápita sólo superada en todo el mundo por Kuwait y Suiza. La visita de los Reyes de España coincide con un momento político en el que Luxemburgo desempeña un papel importante: durante seis meses ocupará la presidencia del Consejo de Ministros de la CEE y su actual ministro de Asuntos Exteriores, Gaston Thorn, será, con toda probabilidad, el próximo presidente de la Comisión Europea, sustituyendo a Roy Jenkins, que finaliza su mandato de cuatro años el 1 de enero de 1981.No es extraño, pues, que el interés del viaje real se centre más que en las relaciones bilaterales entre los dos Estados, en la problemática hispano-comunitaria y en las conversaciones que mantendrán Thorn y su colega español Oreja.

Ya en su discurso oficial de ayer noche, al término de la cena de gala ofrecida a don Juan Carlos y doña Sofía, el gran duque Juan aludió con exquisito cuidado a la difícil situación de las negociaciones para la adhesión de España a las Comunidades Europeas. El jefe de Estado de Luxemburgo guardó en todo momento un delicado equilibrio. Recordó que su país apoya con firme convicción el ingreso de España y que existía «el acuerdo unánime» de los miembros de la ('EE «sobre el principio de adhesión» y alabó el papel personal desempeñado por el rey Juan Carlos, que merece -dijo- un homenaje particular. «Vuestra determinación y clarividencia en el desempeño de vuestras tareas constitucionales», añadió, «han suscitado fa admiración general ». El gran duque Juan aludió inmediatamente a los problemas ¡nternos de la CEE.

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Los Reyes iniciaron su visita oficial a Luxemburgo

Viene de primera página

« Somos conscientes», dijo, «de las dificultades con las que tropezarán los miembros de la Comunidad para encontrar bases de discusión común. La búsqueda de compromisos que sean igualmente aceptables por España exigirá esfuerzo y, sobre todo, paciencia». Sobre esta realista posición, el jefe de Estado luxemburgués prometió que su Gobierno pondría todo de su parte «para llevar a efecto la decisión de principio» sobre la adhesión de España. El gran duque insistió en que las dificultades internas de la CEE «hacen más ardua la entrada de nuevos miembros», si bien esta dificultad «no debe convertirse en un pretexto para la inactividad paralizante, que juzgaríamos nefasta desde todos los puntos de vista. Sin España, Europa sería infinitamente más pobre e incompleta».

El gran duque Juan analizó brevemente la situación mundial y aseguró que «la paz en el mundo no está al abrigo de grandes amenazas». Numerosos acontecimientos recientes demuestran de nuevo que es necesario luchar para asegurarla -prosiguió-. «Nuestros dos países condenan sin equívocos toda agresión y toda intervención en los asuntos internos de otros países. Estoy convencido», dijo, «que continuaremos siempre unidos en la orientación fundamental de una política dirigida a asegurar la defensa y la libertad de nuestros pueblos».

Recordó que Madrid será escenario, el próximo otoño, de la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea, y arirmó que los peligrosos acontecimientos que pesan sobre el mundo hacen más necesario que nunca el diálogo Este-Oeste. «Esperamos que el encuentro de Madrid», terminó, «permitirá exponer claramente los puntos de vista y evitar así, si no enfrentamientos entre las tesis de unos y otros, sí, al meno s, malentendidos e incomprensiones».

"Los egoísmos no deben prevalecer sobre los ideales comunitarios"

En su respuesta, el rey Juan Carlos afirmó que «la Europa dinámica y progresiva en la que creemos y a la que pertenecemos por nuestra historia, nuestra geografía y nuestra cultura no es una obra terminada y cristalizada. Esta obra colectiva», añadió, «se enfrenta hoy con una tarea prioritaria: abrir la puerta de las instituciones comunitarias a los pueblos de la Europa meridional».

Don Juan Carlos acentuó la importancia política de la ampliación de la CEE: «La ampliación de las Comunidades», dijo, «no es simplemente una operación técnica, ni la construcción de Europa puede quedar supeditada al juego de intereses y a la confrontación de egoísmos».

El Rey de España insistió repetidamente sobre el concepto de «egoísmo comunitario»: «Si los egoísmos prevalecen sobre el ideal comunitario», dijo, «Europa daría la espalda a su propio proyecto, adoptando una actitud retardataria y regresiva, en contra del espíritu que animó a los padres fundadores». Don Juan Carlos señaló que Europa nunca ha podido entenderse sin España: «Nosotros seguiremos trabajando por la construcción de una Europa fuerte porque creemos en su futuro y porque queremos una Europa unida por los ideales, no enfrentada por los intereses o separada por los egoísmos». «Quiero expresar aquí públicamente», dijo más adelante, «en nombre de mis compatriotas y en el mío propio, nuestro reconocimiento por la ayuda y el aliento que siempre hemos encontrado en Luxemburgo para formar parte, de derecho, de esta Europa a la que, de hecho, ya pertenecemos».

En relación con la crisis internacional, don Juan Carlos afirmó que «España está firmemente convencida de que es más necesario que nunca abrir cauces de diálogo para fortalecer la confianza, desarrollar la cooperación y continuar avanzando por el camino de la distensión y la paz».

En su primera jornada, los Reyes de España depositaron una corona de flores ante el monumento a la solidaridad nacional y visitaron el ayuntamiento, donde fueron recibidos por la alcaldesa, Colette Flesch, quien recordó a los casi 2.500 emigrantes españoles que, dijo, «ayudan a construir el Luxemburgo de mañana y que encuentran aquí, espero, una segunda patria».

Oreja y el diálogo Breznev-Schmidt

El ministro de Asuntos Exteriores de Luxemburgo, Gaston Thorn, presidente de turno del Consejo de Ministros de la CEE, ha dado «garantías» a su colega español, Marcelino Oreja, de que el calendario de negociaciones para la adhesión de nuestro país a la Comunidad Económica Europea «no será perturbado», según informó el propio Oreja, a los periodistas que cubren el viaje de los Reyes al Gran Ducado.

Marcelino Oreja, que almorzó en privado con Gaston Thorn, añadió que las conversaciones proseguirán hoy y que en la agenda figuraba igualmente la preparación de la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea.

Interrogado sobre la información publicada por el diario de la República Federal de Alemania Die Welt, según la cual el líder soviético Breznev había advertido al canciller Schmidt contra la posibilidad de que España solicite el ingreso en la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el ministro español aseguró que «no tenía ninguna información oficial al respecto. Quiero aprovechar para deshacer un equívoco», prosiguió. «El acta final de Helsinki establece clara e inequívocamente el derecho de cualquier país a adherirse o no a una de las dos alianzas militares existentes. España desearía la desaparición de los bloques, pero puesto que existen, nada se opone a que sol¡cite el ingreso en la OTAN si así lo decide».

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