Aumenta la tensión en el sureste asiático

La tensión crece en el sureste asiático. Como consecuencia de incidentes fronterizos, Vietnam y China se han cruzado notas de protesta con acusaciones mutuas de «repetidas provocaciones armadas». La tensión podría igualmente incrementarse entre Tailandia y Laos después del cierre, ordenado por Bangkok, de 1.200 kilómetros de frontera con su vecino laosiano. Finalmente, entre 7.000 y 10.000 guerrilleros jemeres rojos estarían cercados en las montañas de Phnom Malai, en la frontera camboyano-tailandesa.

Y todo esto se produce en tanto el secretario de estado adjunto norteamericano, Richard Holbrooke, se encuentra en la capital china para evacuar consultas sobre Indochina.Antes de salir para Tokio, Hua Guofeng recibió ayer al senador americano Robert Byrd, líder de la mayoría en el Senado, que llegó el domingo a Pekín para efectuar una visita de nueve días a China.

Hablando a los periodistas de las entrevistas de Holbrooke con sus interlocutores chinos, un oficial americano no excluyó una intervención militar china en Vietnam, si bien estimó que, en caso de producirse, sería diferente a la de 1979.

China, que ha proclamado en varias ocasiones que apoyaría a Bangkok en caso de agresión por parte de Vietnam, ya ha dirigido dos advertencias a Hanoi. Ambos países han intercambiado recientemente acusaciones hablando de «provocaciones» en su frontera común. Estas acusaciones han alcanzado una frecuencia comparable a la que precedió al conflicto que enfrentó a ambos países en febrero-marzo del año pasado. Pekín acusa a los vietnamitas de haber penetrado, al menos en dos ocasiones, en China en lo que va de mes, mientras Hanoi, por su agencia de información VNA, denuncia cerca de doscientas «provocaciones» chinas en el mes de junio.

La India reconoce al régimen camboyano

Ayer, el Gobierno indio reconoció al Gobierno camboyano de Heng Samrin. La India es el primer gran país no socialista que ha reconocido al régimen pro vietnamita de Camboya. Este reconocimiento podría romper el aislamiento a que, en el seno de la comunidad internacional, se ve sometido el régimen de Heng Sanirin e iría en detrimento de los jemeres rojos sostenidos por Pekín.