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Los conflictos de Chad y del Sahara dominarán la "cumbre" de la OUA en Freetown

Una agenda con 44 resoluciones adoptadas por la 35º sesión del Consejo de Ministros de la OUA, que durante diez días permaneció reunido en la capital de Sierra Leona, espera a la cumbre de jefes de Estado de la organización panafricana, que, sin embargo, dedicará la mayor parte de sus trabajos a las cuestiones de Chad y del Sahara. Dichas resoluciones cubren tanto los aspectos políticos, económicos y de cooperación, como los relacionados con la ciencia y la cultura.

La decimoséptima cumbre de la Organización de la Unidad Africana (OUA) empezó ayer por la tarde en el centro de conferencias de Freetown (Sierra Leona), al ritmo de los tam-tam y de las canciones de bienvenida, frecuentemente interrumpidos por lluvias torrenciales. Catorce jefes de Estado y siete jefes de Gobierno, entre los que destaca Robert Mugabe, primer ministro de Zimbabue, han asistido a la sesión de apertura, presidida por el primer mandatario senegalés, Leopold Sendar Senghor, presidente interino de la OUA tras el golpe de Estado de Liberia y la muerte del presidente William Tolbert.Las demás delegaciones están representadas a nivel de ministros de Asuntos Exteriores, incluida la de Marruecos, que, en ausencia del rey Hassan II, encabeza Mohammed Bucetta.

El propio Peter Onu, portavoz oficial de la OUA, confirmó en una rueda de prensa la importancia que la posible solución que el alto organismo de la guerra civil de Chad tiene para Africa.

De hecho, fue el tema chadiano el que prorrogó durante un día las deliberaciones de los ministros de Asuntos Exteriores; el punto más controvertido de la resolución lo constituye el de las necesidades financieras que el establecimiento de una fuerza de paz en la zona de guerra conllevaría, estimadas en unos sesenta millones de dólares.

El acuerdo adoptado en principio establece que dichos costes correrán por cuenta de los Estados miembros, a través de contribuciones voluntarias, y en caso de que la OUA no consiga dichos fondos en el plazo de dos meses, que es lo más probable, se pedirá ayuda al Consejo de Seguridad de la ONU, por medio de su grupo africano.

Por lo que al contencioso del Sahara se refiere, la diplomacia marroquí trabaja intensamente para evitar por todos los medios un reconocimiento de la República Arabe Saharaui Democrática por parte de la OUA. Miembros de diferentes delegaciones se han mostrado escépticos al posible reconocimiento de la RASD en esta cumbre de jefes de Estado.

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El primer ministro marroquí, Bouabdir, que preside la delegación de su país en la cumbre, se ha reunido a lo largo de la noche con los representantes de Gambia, Senegal, Lesotho, Malawi, Mali y Gabón, continuando sus encuentros con otras delegaciones a lo largo de la mañana «para exponerles la determinación de Marruecos de abandonar la OUA en el caso de que se reconozca a la RASD y las consecuencias que de ello se derivarán para la organización si esto llega a suceder», en palabras del propio ministro.

El sargento jefe Samuel K. Doe, que había anunciado su intención de acudir a la cumbre, no lo hará, y envió ayer a su ministro de Asuntos Exteriores, Gabriel Baccws Mathius, para que represente a Liberia en la capital de Sierra Leona.

Al parecer, el alto organismo panafricano había impuesto como condición a Doe la liberación de todos los presos políticos, si quería sentarse junto al resto de los jefes de Estado del continente.

En cuanto a Africa del Sur, es esperada una condena de la cumbre de Freetown a la invasión de Angola y a las inversiones extranjeras en Suráfrica, que «ayudan a sostener el régimen de apartheid, desafiando así a la opinión internacional», según se recoge en el informe que los jefes de Estado tienen ya en sus manos.

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