Seat perdió 15.000 millones de pesetas durante el pasado ejercicio
El presidente de Seat, Juan Miguel Antoñanzas, recuperó ayer el control de la gestión de la empresa, después de la celebración de la junta general de accionistas. En dicha junta, Antoñanzas hizo un análisis de las causas de las pérdidas de Seat -más de 15.000 millones de pesetas- en el anterior ejercicio, se aprobó una reestructuración y reducción en el consejo de administración -los italianos perdieron poder, mientras Jaime Pañella, tal como había adelantado EL PAIS, fue nombrado consejero delegado- y asimismo se aprobó una autorización para una ampliación de capital por valor superior a 9.000 millones de pesetas -la mitad del capital social de Seat en la actualidad-.
Pese a que se preveía que la junta podría estar marcada por los problemas entre Fiat y el Instituto Nacional de Industria español, que culminaron al no proceder la multinacional italiana a cubrir su parte correspondiente en la última ampliación de capital de Seat, la ruptura entre los dos principales accionistas quedó prácticamente marginada durante toda la junta general.El cambio de postura por parte italiana, que ahora parece incluso tender a un reforzamiento en los lazos entre Fiat y Seat -aunque los acuerdos para exportar vehículos fabricados por Seat a través de los canales de Fiat siguen sin rematarse-, sorprendió, en cierta forma, a la parte española, que había previsto las medidas a adoptar en caso de que los representantes de Fiat quisiesen intervenir y dar su versión sobre el conflicto.
El presidente de Seat dijo ante la junta que la pérdida de cuota de mercado interior -no compensada con el aumento del 38% en las exportaciones- se produjo fundamentalmente, por el fuerte incremento en el precio de la gasolina, la importante carga impositiva que pesa sobre el automóvil, la liberalización y rebaja arancelaria de los coches de fabricación extranjera y el aumento en los precios de los coches de fabricación nacional, muy superior al aumento del coste de la vida.
Para Juan Miguel Antoñanzas, la situación actual es tan mala que al Final del presente año se habrán fabricado en este país un número de coches no superior al que se fabricó en 1973, lo que representa un retroceso muy importante.
Sin embargo, pese a las pérdidas del ejercicio de 1979 -más de 15.000 inillones de pesetas-, que tienen que sumarse a las del ejercicio anterior 11.000 millones más-, el presidente de Seat se mostró optimista con respecto al futuro a corto y medio plazo. En primer lugar, porque la actual gama de Seat, una vez añadido el Panda será la mejor adaptada a los difíciles momentos que atravesará este país en los próximos tiempos. Y después, porque la reestructuración tecnológica de Seat permite que la empresa pueda ser apetecida por alguna multinacional Japonesa -Toyota o Nissan, ambas contactadas recientemente por Antoñanzas en un reciente viaje, según confirmó él mismo, o por el grupo alemán occidental VAG-Volkswagen-Audi-, para lo que se han entablado ya contactos, que podrían producir alguna confirmación oficial en el próximo otoño.
Con respecto a la ampliación de capital autorizada por la junta general y a las sucesivas que haya, Juan Miguel Antoñanzas dijo que, si Fiat es coherente con su política actual, no acudirá a las mismas y su porcentaje en el capital social de Seat se irá reduciendo paulatinamente. Esta primera ampliación, ya autorizada -por valor de más de 9.000 millones de pesetas, un 5,0% del capital actual-, podría estar pensada para resolver de forma inmediata la posible entrada de un nuevo socio.
Sin embargo, fuentes de Fiat comentaron a EL PAIS que la multinacional italiana no descartaba en absoluto la posibilidad de acudir a las nuevas suscripciones de capital de Seat y que su postura actual era la de tratar de conseguir un máximo entendimiento entre ambas empresas.
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