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Huelga general de los jueces de Roma

Juan Arias

«Basta de promesas; queremos hechos». Con estas palabras, los fiscales y magistrados de Roma han desencadenado una huelga sin precedentes y que dura desde el miércoles ininterrumpidamente. La gota de agua ha sido el asesinato por parte del terorrismo de la extrema derecha fascista del joven magistrado Mario Amato, que indagaba precisamente acerca del terrorismo negro de la capital, que desde hace unos meses ha vuelto a recrudecerse.

La decisión de bloquear toda la actividad de los tribunales penales romanos fue tomada por unanimidad y será mantenida «hasta que nos sea garantizada la inmunidad personal de los magistrados», como afirma el documento enviado al presidente de la República, Sandro Pertini, que es también el presidente del Consejo Superior de la Magistratura.En el mismo documento se afirma textualmente que el asesinato del magistrado Amato «se ha verificado por la total inercia de los órganos del Estado, a los que compete el deber institucional de adoptar medidas concretas de seguridad».

Lo cierto es que ya el, 29 de marzo pasado estuvo a punto de estallar la revuelta de los jueces romanos después del asesinato de los magistrados Bachelet, Minervini y Galli. Sólo un encuentro con el presidente Pertini, que se comprometió a tomar medidas drásticas, detuvo la huelga. Esta vez ni el jefe del Estado ha podido calmar la rabia de la Magistratura romana.

Para suspender esta huelga que está poniendo en movimiento a todas las fuerzas del Parlamento y al Gobierno, con reuniones de las dos Cámaras para interpelar al ministro de Justicia, los magistrados han pedido cuatro cosas bien concretas: abrir una investigación inmediatamente para analizar las responsabilidades sobre la muerte de Amato.

Se asegura que Amato estaba «condenado a muerte» y que no se le había dado escolta. El mismo ministro ha confirmado ante el Parlamento que era el tercero en la lista de los magistrados más atacados por el terrorismo. Se dice que había pedido varias veces poder encargarse de investigar sobre el terrorismo negro en exclusiva, pero en equipo, y que nunca se le concedió.

Más aún, algunos de los amigos de Amato del grupo de Magistratura Democrática, han llegado a insinuar, aunque no existen pruebas, que Amato había presentado un importante documento sobre el terrorismo fascista en Roma, pidiendo el permiso para detener a «dos importantes figuras políticas», que se le negó el permiso y que una copia de ese documento cayó en manos de los terroristas que lo asesinaron.

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Piden también que el Gobierno informe sobre los 15.000 millones de pesetas que habían sido destinados como aumento del presupuesto al Ministerio de Justicia. En tercer lugar, desean que se potencie inmediatamente el contingente de policía judicial contra el terrorismo y, por fin, que se cree una comisión que vigile sobre la actuación de las decisiones que se tomarán con el presidente de la República. Concretamente, han pedido ochocientos coches blindados,

El ministro de Justicia, Morlino, respondiendo ante el Senado, ha prometido indagar a fondo sobre la muerte del magistrado Amato, y ha afirmado que han sido encargados ya doscientos coches blindados, pero que hasta ahora el criterio era destinarlos no individualmente, sino a grupos de magistrados.

Mientras tanto, el presidente de la República, Sandro Pertini, tuvo una comida ayer con los altos militares de las tres armas y con el ministro de Defensa, el socialista Lagorio, para tratar este delicado problema de la huelga de magistrados.

Terroristas detienen un tren

Seis hombres y una mujer detuvieron en la mañana de ayer un tren de pasajeros, y luego de agredir y desarmar a un guardia distribuyeron octavillas firmadas por el grupo terrorista Primera Línea. Los siete terroristas subieron al tren que se dirigía a Turín en Roma, según informa la agencia Efe.

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