La visita oficial de Cater a España concluyó sin resultados políticos concretos
El viaje oficial del presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, a España concluyó en la mañana de ayer sin resultados concretos y con la confirmación de que la estancia en Madrid del presidente americano tuvo un marcado carácter electoralista, según comentarios de fuentes oficiales españolas. El comunicado oficial, hecho público ayer en la capital española, refleja el escaso interés específico del viaje, que ha servido, eso sí, para que el primer mandatario de Estados Unidos reconozca oficialmente que es necesario establecer un nuevo marco en las relaciones hispano-norteamericanas partiendo de la nueva realidad de la democracia española.
Esta afirmación, incluida en el penúltimo párrafo del comunicado conjunto, confirma públicamente: que los acuerdos hispano-norteamericanos de los últimos veintisiete años han estado marcados y sometidos a la iniciativa americana, por complejo y dependencia de la dictadura franquista. Washington, parece dispuesto a iniciar una nueva etapa en sus relaciones con España -por la cuenta e intereses que les trae-, y la visita de Carter a Madrid ha servicio para definir el, entorno político de la nueva relación. Nada más. Porque en lo que a la renovación del tratado bilateral se refiere, ambas partes no mostraron un interés especial en establecer un calendario y objetivos precisos inmediatos. España desea conocer cuál será la nueva Administración americana que surja de las elecciones presidenciales, el próximo otoño, y Estados Unidos no tiene excesiva prisa sobre la modalidad de la nueva negociación, especialmente desde el anuncio del calendario OTAN del Gobierno, Suárez.Se mantiene, pues, la tesis del embajador en Washington, José Lladó, favorable en que la negociación bilateral se inicie a principios del año próximo con la nueva Administración americana. Como tanto Suárez como Felipe González, han declarado a Carter su deseo de renegociar estos contratos, la parte americana tampoco demostró tener excesiva prisa en Madrid.
Sobre el resto de los temas políticos en debate podemos decir que, tras la insistencia del ministro de Comercio y, Turismo, Luis Gámir, el presidente Carter prometió revisar las tas,as compensatorias que gravan las exportaciones españolas a Estados Unidos, a la vez que informó a Suárez de sus preocupaciones y proyectos de su nueva política energética.
En el plano multilateral se han abordado, de inai.lera general y sin compromisos estrictos, los primeros temas de la actualidad mundial, como se refleja en el comunicado final. Estidos Unidos se queja de la pasividad de España frente a las medidas económicas que la Casa Blanca quiere imponer a Irán y al desarrollo de los acuerdos de Camp David sobre el Oriente Próximo. Espifia, a pesar de ello, mantiene su posición. Como compensación, Esi aña insiste en condenar, de la mano de Estados Unidos, la invasión de Afganistán por la URSS, sin ninguna mención a la retirada de tropas anunciada en Moscú.
Por su parte, la Casa Blanca «reconoce» los esfuerzos de España en pro de la paz en Oriente Próximo, latiguillo este incluido a petición hispana, como ya fue el caso en los últimos viajes de Suárez a Irak y Siria. Es decir, un intercambio de piropos y apoyos formales que permitió a una y otra parte abordar temas de interés particular, como el de los rehenes de Irán o el terrorismo intemacional. La patata caliente en los debates o discusiones sobre la situación internacíonal estaba en la Conferencia de Seguridad de Madrid. Espaiía pidió aquí moderación y colaboración americana, para evitar que esta convocatoria se convierta en un nido de enfrentamientos similar al que se desarrolló en Belgrado.
Las últimas horas de Carter en Madrid
El presidente norteamericano inició muy temprano en la mañana de ayer sus actividades en la capital española, a pesar de que por la noche se retiró tarde a descansar, porque, después de cenar en la Moncloa, se sumó a la fiesta típica que la Reina ofreció a la primera dama estadounidense y que, entre jotas y guitarra flamenca, constituía un marco ideal para fotógrafos y cámaras de televisión con vistas a la campaña electoral. Carter se levantó a las cinco de la mañana y marchó al parque del Retiro, en el corazón de Madrid, a practicar su footing cotidiano. Esta gimnasia trajo de cabeza a los servicios secretos españoles y americanos, que guardaron con sigilo el lugar de la caminata presidencial, cubierta toda ella por decenas de agentes secretos en una parte acordonada del Retiro y vigilada, por si fuera poco, con helicópteros.Después del ejercicio físico, Carter regresó a la Embajada de su país, su residencia en Madrid, y participó en una recepción a la colonia americana residente en España. Carter, en esta reunión, pronunció unas palabras en las que elogió la labor del embajador Todman y en las que aludió a sus conversaciones con el Rey y su «bella» esposa. Al término de esta recepción, la comitiva presidencial se trasladó al aeropuerto de Barajas, donde Carter conversó una última vez con el Rey en privado, por espacio de quince minutos. Seguidamente, se inició la ceremonia de despedida y, poco más tirde de las nueve y media de la mañana, el avión presidencial, Number One, despegó de Barajas con. destino a Lisboa, última etapa de la gira europea del presidente Carter.
Finalmente, hay que señalar la detención, en la noche del miércoles, de dos militantes del PTE acusados de manifestarse contra Carter ante el Ministerio de Asuntos Exteriores. Los detenidos permanecían ayer en la Dirección General de Seguridad.
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