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Ochenta millones de japoneses acuden hoy a las urnas

Con pronósticos meteorológicos de lluvia abundante y pronósticos electorales de amplia victoria para el Partido Liberal Democrático, que lleva en el poder desde 1955, las siete principales formaciones políticas del Japón presentan hoy, domingo, sus 835 candidatos para que 81 millones de potenciales votantes elijan de entre ellos a los 511 miembros de la Cámara Baja de la Dieta o Parlamento. Por vez primera, estas elecciones coinciden con la renovación, cada tres años, de la mitad de la Cámara de Consejeros, o Cámara Alta, con 126 escaños, a los que aspiran 285 candidatos.

A pesar de la ventaja que le dan todos los sondeos electorales, el partido gubernamental continuó hasta el último momento haciendo campaña y sus líderes intentaron ofrecer una imagen dé unidad, pese a sus conocidas diferencias y enfrentamientos. La lección de octubre del año pasado, cuando el Partido Liberal Democrático consiguió a duras penas mantener la mayoría parlamentaria con dos escaños de margen en la Cámara de Representantes, ha guiado este comportamiento. El revés fue debido al mal tiempo, a una táctica errónea y a un exceso de confianza, aseguran los dirigentes del partido en el poder, que confían en eliminar de estos comicios los dos últimos elementos.Los japoneses que acudan hoy a las urnas deberán elegir entre la continuidad, por un lado, y la posibilidad de que los liberales demócratas se vean obligados a formar un Gobierno de coalición con algún grupo conservador, por otro. Ninguno de los partidos de la oposición tiene posibilidades de alcanzar la mayoría parlamentaria, ni siquiera mediante una alianza electoral inexistente.

Relevo generacional

En realidad, el proceso político de importancia que vive actual mente Japón, como indicaba el analista político independiente Koichi Kishimoto, no es tanto un enfrentamiento electoral que podría teóricamente obligar a los liberales demócratas a compartir el poder que han monopolizado durante veinticinco años, sino el relevo generacional que debe producirse en el partido tras la repentina muerte, hace diez días, del primer ministro, Masayoshi Ohira. Los sectores industriales y financieros, que apoyan abierta mente al Partido Liberal Democrático, no ocultan su preocupación ante el problema sucesorio, que ven mucho más importante que las elecciones legislativas, donde saben que no tienen nada que temer.

Yosihiro Inayama, presidente de la poderosa Federación de Organizaciones Económicas, decía recientemente que hay que elegir un líder del Partido Liberal Democrático cuanto antes, no importa quién sea.

Los aspirantes son de sobra conocidos, como lo son las simpatías y enemistades de cada uno de ellos, respecto a las facciones del partido, encabezadas las principales por ex primeros ministros, como Fukuda, Miki y Tanaka.

Yasuhiro Nakasone, ex ministro de Defensa, era uno de los nombres que más sonaban, aunque últimamente parece haber perdido respaldos importantes. Toshio Komoto, antiguo ministro de Industria y Comercio Internacional, y hombre de negocios apoyado por Takeo Miki, es uno de los nombres en alza, junto con el de Kichi Miyazawa, ex ministro de Asuntos Exteriores, apoyado por Kakuei Tanaka, y a quien Ohira podría haber nombrado su delfín.

Hay fuertes rumores de que la lucha por la jefatura del partido y del Gobierno se aplazará hasta el congreso ordinario, previsto para finales de año, y que, mientras tanto, habrá un primer ministro interino, que se haría cargo del poder en la segunda quincena de julio, y que podría ser el secretario general del partido, Sakarauchi, o el presidente de la Cámara de Representantes, Kirokichi Nadao.

Pero, mientras llega el momento de pelearse por el poder, los candidatos liberaldemócratas hacen como si nada pasara. Fukuda, Miki Nakasona y Sakurauchi pasearon ayer cogidos del brazo por las calles de Osaka para demostrar la unidad del partido a los electores.

A lo largo y ancho del país, otros candidatos, indiferentes a la pertinaz lluvia, unían a los tradicionales guantes blancos electorales un pañuelo negro en señal de luto por el desaparecido Ohira. El factor emocional de la muerte del premier que convocó estas elecciones está siendo aprovechado abiertamente por los candidatos del partido, que utilizan sus discursos, grabados en cinta magnetofónica y de vídeo, en busca de ese «voto de simpatía».

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