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Crisis profunda en la guardia revolucionaria iraní

La dimisión del comandante de los guardias revolucionarios iraníes, a causa de la imposibilidad de continuar su trabajo en las actuales circunstancias, volvió a plantear ayer el problema de la proliferación de los centros de poder en el país.

Abu Sharif, de 41 años de edad, diplomado en Derecho Islámico y Arabe, a quien el presidente iraní, Abolhassan Banisadr, nombró jefe de los guardias revolucionarios hace apenas un mes, anunció su dimisión en una carta que difundió el lunes por la noche la agencia de noticias Pars.«Nuestra misión fue la de construir un ejército bajo la dirección del imán y con la ayuda del pueblo, para apoyar a los oprimidos del mundo, llevando a la práctica los principios de la revolución islámica de Irán. Por desgracia, las aspiraciones de poder, los sectarismos y las tendencias dominantes impidieron que alcanzásemos esa meta, y no nos dejaron más opción que la de dimitir», manifestó Abu Sharif en su carta.

Pocas horas antes, con ocasión del desfile ante la Embajada norteamericana en Teherán, con el que los pasdarán (guardias revolucionarios) conmemoraron el primer aniversario de su fundación, el presidente Banisadr y el ayatollah Jomeini habían dado la voz de alarma ante la posible «infiltración de conspiradores» en las filas de las fuerzas del orden.

El discurso de Banisadr y el mensaje del imán Jomeini, que fue leído por su hijo Ahmed, aludían, sin nombrarlas, a las acusaciones que diversos grupos políticos levantaron contra los guardias revolucionarios a causa del dudoso papel que éstos desempeñaron la semana pasada en los violentos disturbios de Teherán.

Según testigos presenciales, los pasdarán, que intervinieron el pasado jueves para poner fin a los enfrentamientos entre muyaydines (progresistas islámicos) y hezbolajís (integristas islámicos), lo hicieron claramente del lado de estos últimos.

Desde la creación del cuerpo de los pasdarán que absorbió a los llamados comités Jomeini y a las otras fuerzas irregulares que apoyaron a los islámicos en la revolución de febrero de 1979, las operaciones de los guardias han sido en numerosas ocasiones motivo de quejas, especialmente en las zonas conflictivas de la periferia, como en el Kurdistán o en la provincia petrolífera ,de Juzestán.

El nombramiento de Abu Sharif, que pasa por ser un hombre cercano al presidente Banisadr, estaba destinado precisamente a acabar con las rencillas internas y dar la necesaria coherencia a la actuación de los pasdarán.

Abu Sharif, cuyo verdadero nombre es Abbas Zama, tiene un largo historial como luchador contra el antiguo régimen. Conoció las cárceles del sha y recibió más tarde entrenamiento militar en los campamentos palestinos de Líbano. En 1978, el ayatollah Jomeini, en su exilio francés de Neauphle-le-Chateau, le encomendó la misión de organizar la guerrilla en Irán.

Recaída del sha

El antiguo sha de Irán, Mohamed Reza Pahlevi, sufre desde hace varios días un nuevo acceso de fiebre, reveló ayer en Alejandría el presidente egipcio, Anuar el Sadat, según informa France Presse.El jefe del Éstado egipcio indicó a los periodistas que esta fiebre era debida a una incompatibilidad entre los diversos tratamientos a los que se encuentra sometido el depuesto monarca iraní. Según Sadat, un médico norteamericano se encuentra desde hace tres días a la cabecera de su cama, y él mismo le había visitado la pasada semana.

Sadat afirmó también que, según el informe médico que recibió ayer, el estado de salud del sha ha mejorado, e igualmente desmintió los rumores de que hubiera sufrido una hemorragia interna.

Desde el 24 de marzo, Reza Pahlevi se encuentra exiliado en El Cairo. Después de serie extraído el bazo, el antiguo sha se trasladó a un palacio de los alrededores de la capital egipcia.

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