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Hemut Schmidt también condiciona la ampliación de la CEE

El canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Schmidt, vinculó ayer expresamente el ingreso de Grecia, España y Portugal en la Comunidad Europea a una solución previa de las irregularidades presupuestarias que padece la propia Europa integrada.En suma, el Gobierno federal no piensa, en ningún caso, acrecentar sus compromisos financieros con la Comunidad Europea aun en el caso de la incorporación de los tres nuevos candidatos. En la declaración del Gobierno ante el Bundestag (Parlamento), con ocasión del «Día de la unidad alemana», conmemoración del levantamiento de los berlineses contra la presencia soviética en los sectores orientales de la ciudad, el día 17 de junio de 1953, Helmut Schmidt se centró fundamentalmente en el tema global de la Conferencia del Consejo de Europa, en Venecia, la pasada semana. También defendió una reanudación de la ostpolitik a partir de su próximo viaje a Moscú, el día 30 de junio.

El contenido europeísta que ha caracterizado esta intervención del canciller contrasta con el tono de similares intervenciones suyas en ocasiones anteriores y, sobre todo, con la toma de postura de la oposición. Helmut Kohl, presidente de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), analizó básicamente el problema de la división que padece la «nación alemana» y la «inoperancia de la política de distensión».

Helmut Schmidt estableció, respecto a la ampliación de las Comunidades Europeas, que es «inexcusable que la Comunidad suprima, antes de 1982, las causas de los actuales desequilibrios que la afectan. Esto es también una deuda para con los futuros países miembros de las Comunidades, Grecia, Portugal y España», dijo Schmidt. «Unicamente podremos llevar a cabo y con éxito la gran misión política de la ampliación», añadió el canciller, «ampliación que hemos asumido como medio de fortalecer la democracia en Europa, y estamos firmemente resueltos a conseguirlo, si la Comunidad por sí misma es fuerte y segura. Si el, por lo demás, largo, difícil y penoso proceso de adaptación (de estos países) no se ve recargado con problemas internos de estructura comunitaria no resueltos. El Gobierno federal», anunció Schmidt, «no abriga, en modo alguno, el propósito de asumir sobre sus espaldas un nuevo acuerdo similar al de Bruselas».

En los círculos diplomáticos griegos en Bonn ha extrañado que el canciller haya incluido también a su país en este contexto, cuando ya es sabido que Grecia se integrará en la CEE el próximo enero.

Refiriéndose a la postura alemana en la conferencia cumbre de Venecia, el semanario Der Spiegel interpreta la postura del canciller respecto de la ampliación y comenta que, sin una urgente reforma del sistema de financiación comunitaria de los excedentes agrícolas, «la Comunidad se verá obligada a declararse en quiebra y cerrar sus puertas » .

Si no se lograse alcanzar esta reforma, que Bonn exige sea efectiva antes del verano del próximo año o, a más tardar, en 1982, «la Comunidad no estará en condiciones de financiar las cargas presupuestarias que vendrán sobre nosotros como consecuencia de la ampliación comunitaria hacia el Sur, hacia el Mediterráneo», según Schmidt. El propio canciller dijo ayer en el Parlamento que ya «comunicó con toda claridad en Venecia que existen topes en la asunción de cargas financieras por parte de la RFA».

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