El director de Seguridad destaca su función "coordinadora" de la Policía Nacional y la Guardia Civil
El nuevo director de la Seguridad del Estado, Francisco Laína, manifestó ayer que la asunción del mando de la Policía Nacional y la Guardia Civil tiene por finalidad «coordinar la labor de ambas direcciones generales», con el objetivo de obtener una mayor eficacia y de acuerdo con la vigente ley de Policía. El diputado socialista Julio Busquets declaró, en cambio, que este nombramiento no servirá «para casi nada» y que la Guardia Civil y la Policía Nacional seguirán actuando de forma separada.
Francisco Laína, hasta ahora gobernador civil de Zaragoza, manifestó a Europa Press que su nueva función es «una pieza más del engranaje que se llama seguridad del Estado». Declaró que la política de la seguridad del Estado la traza el Gobierno y la dirige el ministro del Interior, y aludió a las grandes líneas maestras trazadas por Juan José Rosón en el Parlamento.La novedad de que un civil tenga a su cargo, desde ahora, la coordinación de las fuerzas de seguridad del Estado, incluida la Guardia Civil, la estimó consecuencia de la ley de Policía, en donde se dice que el director de la seguridad del Estado es el que coordinará las tareas a desarrollar por la Dirección General de la Policía y por la Dirección General de la Guardia Civil.
Respecto a esta última, señaló que la relación con ella es tan sólo «a los efectos que la Guardia Civil tiene en cuanto al orden público, su actuación como policía judicial y a todas aquellas actuaciones que realiza la Guardia Civil en casos de calamidades públicas, colaboración con instituciones u organismos como consecuencia de catástrofes, etcétera». En todo caso, insistió en que no tendrá un mando directo sobre la Guardia Civil.
Sobre las facilidades profesionales a los periodistas, Francisco Laína declaró que «la información es un derecho que tiene el ciudadano». Y añadió: «Habrá cuestiones en que cualquier información da lugar a que determinados servicios se vengan abajo. Y ahí habrá que interponer el derecho a la seguridad del ciudadano antes que el derecho a la información. Pero soy partidario de informar, y además el ministro esto también lo tiene muy claro».
Por su parte, el diputado socialista y ex comandante del Ejército Julio Busquets. reconoció que el nombramiento de Francisco Laína es «un paso adelante», pero añadió que «se ha hecho demasiado tarde y no sirve para casi nada». Recordó que el Gobierno ha tardado un año y medio en nombrar un cargo preceptivo según la ley de Policía aprobada en 1978. Asimismo, señaló que al seguir existiendo dos direcciones generales separadas para la Policía Nacional y la Guardia Civil, y tomarse en ellas la inmensa mayoría de las decisiones, «estos dos cuerpos policiales seguirán actuando de forma separada».
Para Julio Busquets el problema se agrava porque la dirección de la Guardia Civil sigue en manos de militares, «que en principio no son técnicos en seguridad ciudadana. La dirección general de la Guardia Civil debería estar formada por guardias civiles, miembros de los distintos cuerpos policiales, así como técnicos civiles en organización, criminología, etcétera».
Polémica actuación en Zaragoza
La actuación de Francisco Laína como gobernador civil de Zaragoza, durante los casi dos años que ocupó el cargo, ha sido muy polémica, según informa nuestra corresponsal, Rosa María Artal. En su presentación a los medios informativos se proclamó liberal y partidario de un socialismo no marxista, pero durante su mandato menudearon las suspensiones de actos públicos, en alguna ocasión en fecha tan señalada como el 23 de abril de 1979, Día de Aragón.La actuación de la fuerza pública fue especialmente intensa en este período. Durante la huelga de tractores, a comienzos de 1978, fue en Zaragoza donde únicamente se registraron incidentes. La intervención de la fuerza pública produjo una herida de carácter leve a una niña en Calatayud, lo que provocó la dimisión del alcalde de esta ciudad y de otros de la comarca. En el litigio entre Remolinos y Alcalá del Ebro, en enero de 1979, el entonces gobernador civil ordenó abrir una brecha en el muro de contención del Ebro. El cese de Francisco Laína fue solicitado en varias ocasiones, una de ellas el 22 de julio de 1979, cuando se unieron diez partidos políticos y centrales sindicales, que motivaron su petición en que el gobernador civil de Zaragoza había «demostrado repetidamente su incapacidad para ejercer tal gestión en una sociedad democrática».
Según nuestra corresponsal en Zaragoza, a finales del pasado año, Francisco Laína sugirió a los directores de los medios informativos que asumiría el cargo, al que finalmente ha accedido seis meses después.
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