Cesa un concejal regionalista que apoyaba a UCD

El Ayuntamiento de Santander acordó ayer darse por enterado del cese del concejal regionalista Alfonso Arias, previamente expulsado de su partido. La decisión de la corporación es importante por lo que supone de precedente para otros muchos municipios del país que tienen el mismo problema, y porque el sustituto de Alfonso Arias es el ex senador de fuerzas democráticas y ex presidente de Izquierda Democrática Benito Huerta Argenta.En el primero de los casos, la corporación santanderina asume la responsabilidad que le atribuye la ley de Elecciones Locales y dos resoluciones posteriores de la Dirección General de Administración Local, por las cuales la expulsión de un concejal de las filas del partido que le presentó a las elecciones supone su sustitución inmediata, con el único trámite del enterado del ayuntamiento. Este criterio, suficientemente reglado por la autoridad competente, no fue seguido por el alcalde de Santander ni por su partido, UCD, que pusieron a disposición del ex concejal regionalista su asesoría jurídica, remitiendo el contencioso a la Audiencia Territorial de Burgos y congelando durante tres meses la entrada de Benito Huerta en el ayuntamiento y su posterior incorporación a la asamblea redactora del Estatuto de Autonomía para Cantabria. La Audiencia de Burgos rechazó el recurso de Arias, devolviéndolo al ayuntamiento con cita expresa a «la autonomía municipal y las normas que reglan suficientemente estos supuestos».

Pero la sentencia de Burgos no fue interpretada correctamente por el alcalde de Santander, Juan Hormaechea, que se negaba a incluir el cese de Arias en el orden del. día. Según los regionalistas, por una razón: porque su ex concejal, que había votado repetidamente con los centristas y en contra de su partido, le aseguraba a la derecha la mayoría. El PRC advirtió entonces al alcalde Juan Hormaechea que interpondría contra él una querella criminal por desacato a las leyes y a una sentencia de la Audiencia Territorial de Burgos, y consiguió además el apoyo de la izquierda, que anunció su intención de negarse a tratar otros asuntos mientras no fuera solucionado el propuesto por los regionalistas. El alcalde aceptó la petición del PRC y Arias fue destituido.