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Ligera disminución en los votos comunistas y aumento de la abstención en las elecciones administrativas italianas

Juan Arias

Según los datos ofrecidos por el Ministerio del Interior a medianoche de ayer, los resultados de las elecciones italianas (por lo que se refiere a las quince regiones donde se han celebrado, es decir, en todas excepto las que tienen un estatuto especial) han confirmado prácticamente la clásica geografía política italiana, enormemente estable. En efecto, estos resultados (que se refieren al 80% de los votos escrutados) dan como resultado, en relación con las últimas elecciones regionales de 1975, un aumento de la Democracia Cristiana de un 1%, una pérdida del partido comunista también del 1%, los mismos votos del partido socialista y una ligera disminución de los otros partidos menores, a excepción del pequeño partido liberal y de los dos partidos de la nueva izquierda, pero en todos estos partidos pequeños el aumento o la disminución no ha llegado nunca al 1%.

Pero, a pesar de todo, los líderes políticos han hecho graves declaraciones, procurando cada uno llevar el agua a su molino.En una cosa han estado todos de acuerdo: en la gravedad de la tendencia del electorado italiano (que es el que ha votado siempre más en todo el mundo) a abandonar las urnas. De hecho, esta vez ha aumentado en un 3% la abstención, pasando del 91,5% de votantes en 1975 al 88,5 %, y lo que es más grave., que hasta el momento se registra un 6% de votos nulos o de protesta.

Los líderes políticos han comentado estos votos según les ha convenido, relacionándolos o con las regionales de 1975, como sería más lógico, o bien con las legislativas del año pasado. Y esto porque se había afirmado que estas elecciones, en realidad, eran políticas, dadas las circunstancias en las que ha vivido últimamente el país. De hecho, el partido comunista había centrado su campaña electoral pidiendo la caída del Gobierno y la derrota de la nueva secretaría democristiana de derechas que en el último congreso había derrocado a Beningno Zaccagnini.

Pero quizá el dato menos discutible es el del partido socialista, cuyo resultado electoral por el momento supone un triunfo. Es el único partido que no sólo ha aumentado en un 2% respecto a las legislativas del año pasado, sino que se ha mantenido y hasta aumentado en algo el resultado de las re gionales de 1975, que supusieron él momento de mayor éxito del partido socialistas en los últimos años. Esto supone lógicamente la victoria de Craxi, a quien tantos daban por despachado por su política conservadora de socialdemócrata y su decisión de volver al centro-izquierda, es decir, al Gobierno con los dernocristianos y sin los comunistas.

Tres cartas socialistas

Según una declaración del secretario general del partido comunista, Enrico Berlinguer (que ha confirmado que su partido ha ganado en el norte del país y ha perdido en el sur), los socialistas han podido obtener esta victoria porque han íugado con tres cartas en esta campaña electoral: han defendido el centro-izquierda a nivel nacional, han pedido un Gobierno con las izquierdas en los municipios, han conquistado votos de los radicales, apoyando los referendos que éstos han presentado a el país.

Craxi, sin embargo, ha afirmado que «los electores han premiado el coraje del partido socialista de volver al Gobierno para asegurar estabilidad al país ». Ha sido la misma tesis del secretario general del partido democristiano, Flaminio Piccoli, el cual, con cierta arrogancia, ha comentado la «derrota comunista», dando a entender que el Gobierno tan atacado por los comunistas se ha reforzado y que: la política de unidad nacional «la han interrumpido brutalmente los comunistas».

Por su parte, Berlinguer le ha respondido que «esta democracia cristiana», es decir, la que ha salido victoriosa del último congreso anticomunista, «ha perdido el 2% respecto a las elecciones legislativas del año pasado, mientras los comunistas han aumentado ligeramente.

Los comentaristas menos apasionados destacaban anoche que, en resumidas cuentas, estas elecciones están confirmando una vez más que los electores italianos siguen votando en una proporción aún mayor que en todo el resto de Europa, que ni el terrorismo ni los grandes escándalos les hacen perder la cabeza a la hora de votar.

El partido comunista se ha mantenido por encima del 30% de los votos, lo cual significa que sigue siendo el segundo partido del pais y el gran partido de la izquierda. El partido socialista empieza a ocupar cada día un puesto más importantae en la política de Italia. Un país que ha derrotado definitivamente a la derecha fascista y que empieza a quitar votos o, por lo menos, a, no aumentar considerablemente a los dos grandes partidos del «compromiso histórico». En realidad, han aumentado los socialistas, los liberales y la nueva izquierda, y se han mantenido los republicanos, que son los partidos más contrarios al acuerdo de poder entre la democracia cristiana y el partido cornunista.

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