Andorra, un Hong Kong en los Pirineos
La crisis económica mundial no alcanza al Principado de Andorra, enclavado en la frontera pirenaica hispano-francesa, cuyos 7.000 habitantes se benefician de un comercio próximo a los 50.000 millones de pesetas anuales. Esta prosperidad sin precedentes encuentra sus causas en una anquilosada legislación feudal, todavía vigente en el Principado y en la somnolencia de unas instituciones medievales, incapaces de controlar una gigantesca fuga de divisas. También la Administración española acusa estos anacronismos en sus relaciones con el prodigioso enclave pirenaico, sobre el cual EL PAIS inicia hoy una serie de reportajes. Páginas 8 y 9
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