Thatcher gana, Europa pierde

Mal paso y peor precedente el que la Comunidad Económica Europea acaba de dar y sentar al ofrecer un flanco de debilidad a las presiones de la «dama de hierro» inglesa. Verdad es que la crisis originada por la primer ministro británica, Margaret Thatcher -al negarse rotundamente a afrontar sus compromisos con la Comunidad en materia de aportaciones económicas a los fondos comunitarios-, ha sido quizás la más profunda sufrida por la CEE desde que en 1963 el general De Gaulle se opuso tercamente a la integración del Reino Unido en el Mercado Común.Si la contribución británica fue en su origen desproporcionadamente alta, y ello fue el precio político pagado por su tardía adhesión al Tratado de Roma, es un tema que debería aclararse suficientemente. Pero que las razones que ahora se aportan se limiten a los aspectos cualitativos y cuantitativos de la cuota, en lugar de reconocer que es la debilidad de la economía británica y el deterioro internacional de la libra esterlina lo que hace demasiado onerosa la parte proporcional de participación, es una causa absolutamente injustificada cuando no una extorsión inadmisible.

Que extrañas razones políticas, algunas de ellas de tipo electoral, como la confrontación del ministro alemán de Asuntos Exteriores, líder del Partido Liberal, Hans Dietrich Gencher, con su colega socialdemócrata de Hacienda, Hans Matthoefer, hayan influido más que los simples criterios de equidad y proporcionalidad y, en última instancia, más que razones contractuales es un mal ejemplo para el futuro ( ... )

4 de junio