Cae al mar un avión Harrier de la Armada española
Un avión Harrier Matador de despegue vertical, con base en el portaeronaves Dédalo, cayo al agua, a última hora de la tarde del miércoles, en las proximidades del subarchipiélago de Cabrera, cuando se dirigía a hacer ejercicios de tiro sobre la zona, según informaron ayer a Efe fuentes competentes.
El avión iba tripulado por el teniente de navío César Jáuregui García, de 32 años, y volaba en escuadrilla con otros dos aparatos que habían despegado del Dédalo en aguas de Alicante, para tomar parte en los ejercicios Armada-80.Al parecer, cuando la escuadrilla de Harrier se disponía a efectuar ejercicios de tiro sobre la isla Redonda, encontraron malas condiciones atmosféricas y decidieron regresar al Dédalo. En ese momento, al efectuar el viraje, uno de los aparatos desapareció, probablemente para precipitarse al mar, al levante de Cabrera.
Las primeras noticias del accidente se recibieron en Palma, procedentes de la torre de control y la estación radio costera, que sorprendieron las conversaciones de los pilotos. Inmediatamente, salieron varias unidades de la Marina estacionadas en el destacamento naval de Porto Pi, y, aviones del SAR.
Igualmente, varios aviones norteamericanos, con base en Rota, salieron en busca del piloto y del aparato siniestrado.
Colaboran en la búsqueda las patrulleras La Zaga y Laya, el dragaminas Ulla, la fragata Baleares, una lancha V-34 de la comandancia de Marina de Mallorca y helicópteros del Dédalo, hasta el movimiento con resultados infructuosos.
Los Harrier fueron construidos en Estados Unidos, con patente inglesa, y la Armada española fue la primera en utilizarlos a bordo de fuerzas navales.
Por su parte, el cuartel general de la Armada hizo público ayer un comunicado oficial, en el que se relata su versión del trágico suceso: «En la tarde del día 28», dice textualmente el comunicado, «despegaron del portaeronaves Dédalo tres aviones Matador, cuando el buque se encontraba en la zona de cabo de Palos, para realizar ejercicios en isla Redonda, del grupo Cabrera, existiendo buenas condiciones de mar y de visibilidad. En la fase de aproximación a baja cota, a diez millas aproximadamente del objetivo, se encontraron condiciones meteorológicas adversas que, por falta de visibilidad, impedían efectuar el ejercicio, por lo que la formación decidió regresar al Dédalo.
En el viraje se rompió la formación, perdiéndose la comunicación del ala izquierda, pilotada por el teniente de navío César Jáureguí».
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