Largas colas ante las panaderías debido al cierre anunciado por los expendedores
Muchas de las panaderías madrileñas fueron ayer escenario de largas colas de clientes que, ante el anuncio del cierre hecho por la asociación de expendedores para hoy, mañana y pasado, prefirieron abastecerse «por si acaso». Esta reacción de los clientes, que hizo liquidar todas las existencias a primeras horas de la mañana, pudo ser aminorada ante las promesas hechas, en una parte de las panaderías, de que habrá plena normalidad, por lo que no había necesidad de aprovisionarse para los tres días.
Mientras estos consejos se producían en unos despachos, en otros se fijaba un cartel en el que se anunciaba el cierre, como medida de presión para conseguir que el Gobierno Civil obligue a todo el sector a mantener el descanso dominical, medida que no es compartida por los fabricantes, ya que no hay ninguna ley que les obligue a ello.El cierre, cuya convocatoria fue ratificada por la Asociación de Expendedores de Pan y Bollos, el pasado martes, puede tener una, incidencia variable según las zonas de la capital. De momento, ni fabricantes ni expendedores conocen el número exacto de despachos de pan existentes en Madrid, aunque su cifra se estima entre los 6.000 y los 10.000. Esta falta de concreción hace que las previsiones de incidencia del cierre sean muy diferentes. Mientras los expendedores dicen que ,desde hoy al martes, cerrarán entre el 70% y el 80% de los despachos, los fabricantes piensan que el cierre no afectará sino a una mínima parte.
Este nuevo enfrentamiento entre ambos sectores está motivado, como otros anteriores, por el tema del cierre dominical. El pasado año, por estas fechas, se planteó la necesidad de resolver la situación, por lo que se adoptó un sistema de turnos que funcionó durante el verano hasta finales del mes de julio. Según los expendedores, el sistema tuvo que abandonarse, ya que los despachos dependientes de las fábricas no respetaban los turnos y abrían discrecionalmente. Desde entonces se ha dejado libertad al sector para abrir o cerrar a voluntad, lo que, según los expendedores, crea una competencia desleal.
«La ley dice que tenemos que fabricar pan durante todos los días del año, y eso hacemos. Esta fabricación no perjudica a nadie, puesto que los despachos autónomos no están obligados a abrir. Si quieren cerrar pueden hacerlo, pero no tienen que obligar al resto de las panaderías a que sigan su ejemplo», manifestó Santos Pérez, presidente de la Asociación de Fabricantes de Pan, que, ante el cierre convocado, aseguró que no se producirá ningún desabastecimiento.
En una nota enviada a los medios de comunicación, la Asociación de Fabricantes recrimina la postura adoptada por determinados despachos, que «por defender sus intereses particulares presionan ante la Administración para conseguir el descanso dominical, en perjuicio de un mejor servicio del ama de casa y de los intereses de los trabajadores del sector, que se niegan a fabricar doble pan los sábados, prefiriendo hacerlo los domingos, según quedó establecido en el convenio colectivo vigente».
Frente a esta opinión, Juan José López, secretario de la Asociación de Expendedores, afirma que el cierre se ha hecho casi imposible, ya que el temor a perder los clientes por no abrir los domingos hace que los panaderos que ya cerraban hayan ido abriendo paulatinamente, por lo que en la actualidad abre la casi totalidad del comercio de panadería y se fabrica el 80% del total realizado en un día laborable. «El hecho de que, por lo menos el 40% de los despachos pertenezcan a los casi doscientos fabricantes madrileños, impide que se llegue a un acuerdo. Nosotros no estaríamos en contra de que se volviera al sistema de turnos, ya que así conseguiríamos arreglar el cierre y mantener un servicio mínimo, tal como ocurre en otras ciudades. En Barcelona y Valencia, por ejemplo, se ha limitado el número de panaderías que abren a unas cuantas por barrio, tal como ocurre con las farmacias de guardia» , dijo el señor López.
Estas acusaciones sobre competencia desleal carecen de base, según los fabricantes, «ya que si cerraran los domingos verían cómo los lunes vuelven a tener su clientela».
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