Juicio a ocho presuntos miembros de ETA, con petición de 90 años de cárcel
Cerca de noventa años de prisión pide el fiscal para un grupo de ocho supuestos miembros de ETA, que fueron juzgados ayer, en la sección primera de lo penal de la Audiencia Nacional. Cinco de ellos manifestaron, al principio de la vista, que no estaban dispuestos a aceptar el juicio y pronunciaron frases en idioma vasco, por lo que el presidente del tribunal ordenó que fueran desalojados.
Según el informe del fiscal, dos de los procesados, Francisco Javier Elcarte y Francisco Javier Martínez, construyeron un artefacto con seis kilos y medio de Goma 2, lo cual guardaron en la tienda del padre de este último, situada en Pamplona, con conocimiento del titular del establecimiento.Elcarte y Martínez, siguiendo instrucciones de la organización, colocaron el artefacto explosivo en las instalaciones valorados en Nacional de Identidad de Pamplona, el 12 de octubre de 1977. Al estallar, se produjeron daños en las instalaciones valoradas en cinco millones de pesetas, además de los causados a edificios colindantes y a vehículos estacionado en las proximidades. Estos mismos procesados, en unión de Máximo Ayerbe y Juan María Olano, colocaron otro aparato explosivo en la carretera de Veloso Alto, de Pamplona, en un lugar próximo al cuartel de la Policía Nacional, valiéndose de un taxi tomado por la fuerza a su propietario. Cuando Elcarte y Martínez se alejaban del lugar de los hechos, la policía les dio el alto y ellos abrieron fuego contra los agentes; en el tiroteo resultó herido Elcarte, que fue detenido. Martínez, que había logrado huir, fue detenido posteriormente. La policía desactivó el artefacto antes de que llegara a estallar, y días más tarde detuvo a Olano y Ayerbe, en cuyo poder encontraron -siempre según el fiscal- numerosas armas de fuego.
Otros procesados en este juicio, son los hermanos José Javier y Amparo Morras Zaspe, a quienes el fiscal imputa el delito de haber alojado en un piso de su propiedad a Olano y Ayerbe, a fin de facilitarles la ejecución de hechos. Jesús María Reparaz está acusado también de dar cobijo a los dos supuestos terroristas, y Fernando Sáez García Falces se encuentra acusado de facilitar información a ETA, durante la segunda mitad del año 1977, sobre personas y establecimientos.
De los quince testigos previstos sólo compareció el taxista de Pamplona al que los dos principales implicados robaron su vehículo para cometer uno de sus actos delictivos; manifestó que no podría reconocer, ahora, a los que cometieron aquel hecho, ya que le pusieron unas gafas con esparadrapos y no pudo verlos bien.
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