Quejas de los países africanos en la "cumbre" de Niza

Hoy termina en Niza la séptima conferencia franco- africana, a la que asisten veintiséis países. Francia incluida. Al iniciarse los trabajos, ayer, el presidente francés, VaIery Giscard d'Estaing, lanzó un llamamiento en favor de la paz en Chad. La situación económica, «catastrófica en muchos casos», según el presidente de Ruanda, general Juvénal Habyarimana, ha dominado las reuniones, en las que la delegación francesa ha prometido su mediación cerca de los organismos y países ricos del mundo.Giscard d'Estaing, en su intervención de hoy formulará el deseo de que la paz se instaure en Chad. En la conferencia de Niza participa como representante de ese país el comandante Kauinque Mandatee, enviado del presidente Gukuni que hoy leerá un comunicado ante todas las delegaciones en el que se referirá a que su Gobierno es el único representativo y que «Hissen Habre es un fuera de la ley y un rebelde».

La delegación enviada por éste último merodeaba por los alrededores de la prefectura de policía, en donde se celebran las reuniones.

El orden del día de la conferencia, de día y medio de duración, apenas ha dado lugar a la exposición de las quejas más o menos respetuosas por parte de los africanos y de las promesas por parte de Francia. Giscard, su ministro de Exteriores, Jean François Poncet, y el de Economía, René Monory, se multiplicaron para exponer sus buenas intenciones para enjugar las calamidades que se han redoblado en estos países como consecuencia de la crisis mundial, de la subida del petróleo y de la inflación.

La solución, según los franceses, consiste en desarrollar el diálogo Norte-Sur, lanzado por Giscard en 1976, pero que aún no ha pasado del estadio de la planificación. No para sustituir este último, sino para complementarlo, Giscard ha inventado el diálogo triangular entre ochenta países árabes, africanos y europeos. También en período de incubación, y la ayuda más directa que pueden aportarles a los africanos los países industrializados y los productores de petróleo. Giscard ha prometido su mediación ante los países productores de petróleo para conseguir la «autosuficiencia alimenticia», para resolver el problema energético y para escamotear en alguna medida el déficit de las balanzas de pagos de los países participantes, de mil millones de dólares, cifra no escandalosa a primera vista, pero realmente trágica si se refiere a la población minúscula de dichos pueblos.

En privado, muchas delegaciones no ocultan sus sentimientos: «En definitiva, estas reuniones benefician la imagen y la política francesas, pero qué vamos a hacer. Aquí, de lo que se trata es de evitar durante el mayor tiempo posible que las materias primas africanas se contagien del alza "política" del petróleo árabe. Pero el "despertar" africano también llegará». Se aseguraba ayer, al margen de la conferencia, que el presidente de Gabón, Omar Bongo viajará la se mana próxima a Argel para mediar en el asunto del Sahara occidental.

Hasta ahora Bongo era partidario de las tesis marroquíes, pero se asegura aquí que en la próxima cumbre de la Organización de la Unidad Africana (OUA) se consagrará el triunfo del Polisario.