Diferencias políticas impiden el acuerdo en la OPEP
Arabia Saudí podría reducir el próximo mes en un millón de barriles diarios su actual nivel de producción de petróleo, como parte de un compromiso con el resto de los países miembros de la OPEP, bajo el cual éstos aceptarían volver a un sistema unificado de precios.Fuentes de la 56ª conferencia extraordinaria de la OPEP, que dio comienzo ayer en Taif (Arabia Saudí), aseguraron a última hora de ayer que tal acuerdo forma parte de un «entendimiento de caballeros» entre los miembros de la OPEP para imponer una estabilidad en el mercado mundial de crudos,
La OPEP inició ayer, en Taif (Arabia Saudí) la 56ª conferencia extraordinaria de sus ministros del Petróleo, que trata de establecer una estrategia de precios y una política a largo plazo del cártel del mercado mundial. Pero profundas diferencias políticas entre los trece miembros amenazaban ayer con prolongar, e incluso imposibilitar, la consecución de un acuerdo rápido que Arabia Saudí quiere llevar a la próxima reunión, en Argel, del consorcio petrolero, dentro de un mes.
Los ministro del Petróleo de Irán, Ali Moinfar, y de Argelia, Abdel Nabi, presentaron a discusión dos informes paralelos en los que se expresan graves reservas al elaborado por el comité de estrategia de la OPEP el pasado febrero, en Londres. Las reservas argelinas e iraníes se concretaron en la imposibilidad, desde su punto de vista, de que la OPEP imponga una estrategia definida a largo plazo en el volátil mercado mundial de crudos, especialmente en lo que se refiere a precios.
El informe realizado en Londres, tema central de la reunión de Taif, propone básicamente la vuelta a un sistema estable y uniforme en los precios y la adecuación trimestral de éstos a las condiciones económicas (inflación, cambios monetarios y crecimiento) del mundo industrializado. Arabia Saudí, cuyo ministro Yamani preside el comité de estrategia, deseaba que este sistema fuera aprobado en principio en esta reunión, de forma que, en el próximo encuentro en Argel, dentro de un mes, cualquier modificación de precios se haga de acuerdo a dicho sistema.
Pero Irán, cuyo ministro Moinfar, que reconoció ayer que el nivel de exportación de su país ha caído por debajo de un millón de barriles diarios, como consecuencia de su enfrentamiento con Japón y Estados Unidos, antepuso a las discusiones sobre estrategia la necesidad de que la OPEP reduzca su producción global hasta que el actual exceso de oferta de crudo que existe en el mercado se equipare a la reducida demanda. Moinfar, junto al argelino Nabi, también se mostró contrario a la vuelta inmediata al sistema de precios uniformes.
La posibilidad de un límite en la producción de la OPEP en estos momentos del mercado, que le son poco favorables, estaba incluida también dentro de las recomendaciones a largo plazo del comité de estrategia. Basándose en ese punto, el sector radical de la OPEP consiguió que el jeque Yamani, por vez primera, admitiera la posibilidad de reducir la producción saudí, que se cifra actualmente en 9,5 millones de barriles diarios y es la más alta de los trece miembros de la OPEP.
Fuentes de la conferencia confirmaron que la reunión extraordinaria trata de buscar una fórmula consensuada que permita a la OPEP dar un giro de 180 grados a la actual situación del mercado mundial de crudos, que posibilita, por vez primera desde 1978, a los países consumidores a negarse a pagar el precio que se les pide por el petróleo. La gravedad de esta situación para la OPEP es uno de los puntos centrales del informe del comité de estrategia, que predice, además, que esta situación podría prolongarse durante uno o dos años más, es decir, hasta que la recesión económica en Occidente permita una mayor demanda de petróleo y hasta que los países de la OCDE normalicen sus altos stocks. Estas reservas fueron estimadas ayer por un miembro de la secretaría general de la OPEP en 6.000 millones de barriles, casi el 70% de las reservas probadas de Argelia.
La fórmula pretendida implicaría una reducción coordinada de la producción global de la OPEP y la fijación de un nuevo precio base para el petróleo que Arabia Saudí sugiere que sea en torno a los treinta dólares por barril, en lugar de los veintiséis dólares actuales. Esta situación, en opinión de alguna delegación, debería mantenerse durante varios meses o hasta que Occidente salga de su actual crisis.
Pero Moinfar y el argelino Nabi estimaron que este precio de treinta dólares para el crudo arabian light (arábigo ligero) era «ridículo», cuando ya el mercado permite que muchos países paguen hasta 35 dólares por el crudo de calidad estándar.
Lo que parece estar en la picota de la reunión de Taif son las discrepancias sobre la filosofía de fijación de precios. El sector radical de la OPEP aboga por una política de precios altos y libres, acompañada por una reducción de la producción. Por su lado, la fórmula contenida en el informe del comité de estrategia, que refleja el parecer del jeque Yamani, implica una unificación de precios sobre el principio de una primera tarifa base para el arábigo libero y otra como techo máximo para los saharan blaind, que incluyera los diferenciales clásicos por calidad y distancia en el mercado.
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