Centristas y socialistas tratan de revitalizar el consejo regional

La imagen pública de inoperancia y el deterioro progresivo del Consejo Regional de Asturias han desencadenado un estado de inquietud en el seno de los dos partidos mayoritarios, PSOE y UCD, cuyos dirigentes han coincidido por separado en reconocer la crisis del ente preautonómico y la necesidad de darle una respuesta inmediata tendente a prestigiar la institución.Rafael Fernández, presidente del Consejo Regional y senador socialista, convocó para el lunes a los portavoces y secretarios generales de los partidos firmantes del pacto autonómico (PSOE, UCD y PCA), para plantearles con toda crudeza la situación insostenible del consejo y la conveniencia de suscribir un nuevo pacto, puesto que el anterior se ha quedado desfasado. Según ha podido saber EL PAíS, el señor Fernández pretende reducir el ejecutivo de trece a siete miembros, para darle mayor agilidad y eficacia, eliminando las consejerías que no tienen ni tendrán competencias. Esta propuesta prevé la desaparición de la permanente de Alianza Popular, partido que, en opinión del presidente, juega al obstruccionismo en el pleno, y en cambio, actúa correctamente en la permanente, donde los cargos son remunerados.

La ejecutiva del PSOE encargó a una comisión la elaboración de un proyecto de remodelación del consejo. Por su parte, el comité ejecutivo de UCD se reunirá hoy para abordar este tema. Un destacado dirigente centrista manifestó que su partido está de acuerdo con el proyecto del presidente de reducir las consejerías, pero agregó que, si sale AP de la permanente, debe ser eliminado igualmente el PCA, para dar paso a un Gobierno regional de coalición entre el PSOE y UCD y dejar a comunistas y aliancistas en la oposición en el pleno. PSOE y UCD suman veintitrés de los veintiocho miembros del consejo. La actuación incontrolada de los actuales consejeros regionales es la nota dominante de la actividad del consejo, que no acaba de encontrar una función concreta en esta región uniprovincial, en la que la diputación sigue manteniendo unos medios personales y materiales importantes frente a un ente que no pasa de autotitularse máximo organismo político de la región.

El futuro de la diputación es precisamente uno de los temas más delicados en la búsqueda de un entendimiento PSOE-UCD.Los socialistas pretenden iniciar ya una coordinación de hecho entre el consejo y la diputación, de forma que se pueda actuar con un solo presupuesto y evitar los actuales roces y duplicidades. En cambio, UCD es muy reticente a cualquier intento de rebajar el papel de la diputación, en la que está en mayoría. A la vista de las elecciones al Parlamento regional -no se celebrarán antes de 1983-, el proyecto de Rafael Fernández prevé la creación de un ejecutivo reducido y la formación de un parlamento provisional.