El Banco de España pretende retirar 100.000 millones de pesetas del sistema crediticio

Durante todo el día de ayer se extendió por los medios bancarios un fuerte temor según el cual el Banco de España pretende retirar del sistema crediticio (bancos y cajas) unos 100.000 millones de pesetas con el fin de frenar el crecimiento de las disponibilidades líquidas, objetivo prioritario ligado a la lucha antiinflacionaria del Gobierno. La reacción de la banca ha sido inmediata y dura contra el sector público.

El presidente de la Asociación Española de Banca Privada (AEB), Rafael Termes, ha declarado que «será vergonzoso que los empresarios vean limitado su acceso al crédito a causa de un déficit del sector público, que, a tenor de lo que sucede hasta ahora, amenaza con ser muy superior al que en el momento de ser aprobado ya fue denunciado como excesivo y difícil de financiar». Si este temor se confirma en los próximos días, lo que parece más que probable, supondrá un jarro de agua fría para los empresarios, que por tratarse de un año en el que por ser el comportamiento del sector exterior notablemente contractivo no tenía que haber ninguna dificultad para el crecimiento del crédito interno al sector privado. El culpable de esta situación es el sector público, que, según Termes, «está desmadrado».«La liberación de recursos por parte del sector exterior, a causa de la pérdida de reservas del sistema, según las estimaciones de la patronal bancaria, habría sido de unos 125.000 millones de pesetas en lo que va de año. Pero el recurso del Tesoro al sistema crediticio, que se había programado en unos 300.000 millones de pesetas para todo el año, puede haber rebasado los 200.000 millones a mediados de abril». La causa de este desfase parece ser la falta de recaudación de impuestos, que en lo que llevamos de año es inferior, incluso en cifras absolutas, a lo recaudado en igual período del año anterior. Aunque aún hay ciertas posibilidades de que el sector público se esmere para recuperar en lo que queda de año este retraso, existen en los medios bancarios «grandes temores» de que esto no sea posible.

«Si se confirman nuestros temores», ha señalado Rafael Termes, «esta falta de recaudación podría convertirse en una piedra de toque para evaluar la eficacia práctica de la reforma fiscal. Sería lamentable que una reforma que ha ocasionado tanto disgusto y desánimo inversor resultara además técnicamente imperfecta».

Pasa a página 55

Sin comentarios en los centros oficiales