El éxito acompañó otras operaciones de comandos
La segunda guerra mundial mostró la importancia de las operaciones que podían realizar pequeños grupos de hombres bien entrenados, aerotransportados tras las líneas enemigas. La liberación de Mussolini de su prisión del Gran-Sasso por el grupo dirigido por Otto Skorzeny fue, sin duda, la más célebre. Desde entonces, se ha intentado utilizar un procedimiento semejante en diversas ocasiones, con distinta fortuna.El 24 de noviembre de 1964, unos seiscientos paracaidistas belgas transportados en aviones estadounidenses se apoderaron por sorpresa del aeropuerto de Stanleyville, en el Congo (hoy Zaire), y consiguieron liberar a unos 250 rehenes retenidos en el hotel Astoria, en el centro de la ciudad. La intervención no pudo impedir la ejecución previa de treinta rehenes. Al día siguiente, los mismos paracaidistas llevaron a cabo una segunda operación de rescate en la ciudad de Paulis, consiguiendo liberar a 211 rehenes. En esta ocasión también habían sido ejecutados previamente veinte rehenes.
El rescate de Entebbe
En julio de 1976, los israelíes llevaron a cabo una operación de rescate ejecutada a la perfección. Un avión de Air France, que cubría la ruta Tel Aviv-Atenas-París fue desviado por siete terroristas al aeropuerto de Entebbe (Uganda). A cambio de las 258 personas, entre pasajeros y, tripulación, los terroristas exigían la puesta en libertad de 53 palestinos y simpatizantes con su causa detenidos en varios países (cuarenta de ellos en Israel).
En un primer momento, el Gobierno de Tel Aviv pareció dispuesto a negociar con los secuestradores, lo que facilitó la liberación de más de cien rehenes (excluidos los de origen judío). Sin embargo, el 3 de julio una fuerza combinada de paracaidistas y unidades de infantería transportadas en tres aviones Hércules C-130 conseguía rescatar a 103 rehenes, otros tres fueron muertos durante el tiroteo y uno más, Dora Bloch, que habla sido trasladada al hospital, fue asesinada más tarde por la policía de Amin. Por su parte, Uganda tuvo veinte soldados muertos y casi toda su aviación de combate destruida.
Igualmente espectacular fue la operación llevada a cabo por una unidad especializada de la policía de la República Federal de Alemania. El 13 de octubre de 077, un Boeing 737 de Lufthansa en vuelo de Palma de Mallorca a Francfort, con 86 pasajeros y cinco tripulantes, fue desviado por cuatro terroristas que exigían la liberación de los miembros de¡ grupo Baader-Meinhof. La operación coincidía con el secuestro del industrial alemán Hans Martin Schleyer con la misma finalidad. Tras. diversas escalas en Balirain, Dubai y Aden, el avión llegaba a Mogadiscio el día 17. Ese mismo día se anunciaba que el piloto había sido muerto por los terroristas. En la noche del 18 al 19, un ataque por sorpresa lanzado por sesenta policías alemanes, especializados en la lucha antiterrorista, conseguía rescatar a todos los rehenes. En la operación murieron tres secuestradores, dos hombres y una mujer; el cuarto, otra mujer, resultó gravemente herido.
De signo totalmente distinto fue el intento realizado por una unidad de comandos egipcios que pretendieron liberar, el 19 de febrero de 1978, a once rehenes detenidos en el aeródromo de Larnaca (Chipre) por dos terroristas palestinos que el día anterior habían asesinado a Yussef el Sebai, editorialista del diario cairota Al Ahram y colaborador próximo de Sadat. La operación degeneró en una auténtica batalla entre los soldados egipcios y la Guardia Nacional grecochipriota. Los egipcios tuvieron quince muertos. Los secuestradores se entregaron a la policía chipriota y los rehenes fueron liberados. Condenados a muerte, los terroristas vieron conmutada su pena por la de reclusión perpetua.
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