Europa será neta importadora de automóviles en 1983

La elección de España como «base de exportación» por los gigantes norteamericanos del sector del automóvil, Ford y General Motors, así como el deseo de la multinacional japonesa Nissan de convertir a su asociada Motor Ibérica en productor directo de automóviles, harán que nuestro país se sitúe, en 1985, como el cuarto productor europeo de vehículos, por detrás sólo de la República Federal de Alemania y de Francia, y muy próximo a Italia. Esta es la principal conclusión del estudio sobre la industria automovilística europea y mundial que acaba de hacer pública en Bruselas la sociedad Eurofinance.

El estudio, realizado por un amplio grupo de expertos bajo la dirección de Hinks Edwards, ha sido acogido con gran interés en medios comunitarios, preocupados por el porvenir de la hasta ahora poderosa industria automovilística europea, que se encuentra cada día más sometida a la durísima competencia japonesa y a los programas expansionistas de los «monstruos norteamericanos». El balance al que llega Eurofinance no es muy optimista para el Mercado Común: en 1983 Europa será una neta importadora de automóviles.El importante papel que va a desempeñar España en los próximos cinco años se debe, como queda dicho, a la instalación en nuestro suelo de tres multinacionales. La Ford y la General Motors ampliarán la capacidad española de producción aproximadamente en 250.000 unidades desde 1983, y la Fiat, a través de Seat, deberá también buscar en nuestro país la producción de un mayor porcentaje de sus necesidades a nivel mundial. La mayor sorpresa, añade el informe, la ha proporcionado el anuncio por parte de Nissan de que su asociado español, Motor Ibérica, podría considerar su entrada en el mundo de los coches utilitarios.

Según los análisis realizados por Eurofinance, España desempeñará en 1985 el papel que desempeñaba en 1973 Gran Bretaña. La evolución de los índices de producción por país (expresados en miles de unidades) será la siguiente:

El estudio diferencia entre el concepto de «industria europea» y el de «automóviles producidos en Europa», y señala que 1979 fue un año récord de producción: 11.364.000 unidades, cifra sólo superada en 1973 (11.507.000). Sin embargo, Europa ha perdido terreno en el plano mundial: en 1973 suponía el 38% de la producción mundial de automóviles, mientras que en 1979 bajó a un 34%. La parte del león en la expansión mundial del vehículo se la llevó Japón.

La tendencia a la baja se mantendrá en los próximos años. El porcentaje dedicado a la exportación de la producción de la industria europea disminuirá del 14,4% en 1980 aun 8,3 %en 1985. Europa será dentro de tres años importadora de automóviles, y en 1985 alcanzará la cota de 365.000 unidades importadas, debido, entre otras cosas, al aumento de la capacidad de producción de países terceros y al hecho de que la Ford dejará de importar el modelo Fiesta para el mercado americano; la Fiat importará sus coches de Brasil y Polonia, y la General Motors aumentará su potencial exportador. Queda por ver, añade el estudio, si los acuerdos entre Renault y la American Motors, y entre la Peugeot-Citroën y la Clirysler permiten compensar estas pérdidas.

En cuanto a la demanda, Eurofinance prevé una baja del 7% en este año. En Gran Bretaña, por ejemplo, disminuirá entre un 10% y un 15%, y, muy posiblemente, la situación interna del mercado obligue a implantar medidas proteccionistas. El estudio señala que los vehículos pequeños, los utilitarios, seguirán siendo los reyes, pasando a ocupar el 56% de la demanda, contra el 49% en el año 1973.

Guerra japonesa

La estrategia japonesa de inundar el mercado mundial de automóviles acabados podría provocar una guerra comercial. Estados Unidos ya ha amenazado con limitar estas importaciones, y prácticamente todos los países europeos, excepto la RFA, han adoptado ya medidas para «controlar el problema japonés». Los monstruos japoneses Honda, Nissan, Mitsubishi, Suzuki o Daihatsu, parecen haber recapacitado y estar dispuestos a variar su estrategia de forma que el nivel de exportación se mantenga, no ya en base a automóviles acabados, sino en base a componentes que se montan en los países de destino. Nissan ha llegado a un acuerdo con Alfa Romeo; Honda, con British Leyland, y en la actualidad aproximadamente un 17% de las exportaciones globales japonesas se realizan ya bajo esa modalidad. El estudio prevé una importante ampliación de esta cifra.Eurofinance concede gran importancia a mercados hasta ahora dejados de lado -la atención se ha centrado siempre en Japón, Europa, el Comecon, Norteamerica y América Latina- y les augura un papel capital antes de 1985.

Los próximos años serán escenario de una dura batalla entre los fabricantes partidarios del motor diesel y los partidarios del motor de gasolina. Las ventas de motores diesel conocen desde 1973 un crecimiento ininterrumpido, y parece -añade el estudio- que sus posibilidades de desarrollo son más interesantes de las inicialmente previstas. «El porvenir de los coches con motor diesel», explica, «dependerá, sin embargo, de la legislación contra la polución atmosférica».