Destituido el director general de la Guardia Civil
Viene de primera página
El general de división José Aramburu Topete fue nombrado ayer director general de la. Guardia Civil para sustituir al teniente general Pedro Fontenla, que ha sido destituido y queda en situación de disponible. Existe unanimidad al atribuir la destitución de Fontenla a sus declaraciones sobre el carácter de la Guardia Civil, tras aprobarse el proyecto de ley de bases de la Defensa. El Consejo acordó también remitir tres proyectos de ley a las Cortes: uno, que regula la situación de reserva activa y nuevas edades de retiro, otro sobre clasificación de mandos y un tercero para las escalas de suboficiales.El primero de los proyectos afecta a los tres Ejércitos, y la ampliación oficial facilitada ayer dice que afecta al Ejército de Tierra, «con sus diferentes armas y cuerpos, incluido el Cuerpo de la Guardia Civil».
El nombramiento del general Aramburu, hasta ahora secretario general de Política de Defensa y de la Junta Nacional de Defensa, ha sido posible a través de una ley de 11 de abril de 1939, que permite, «en casos especiales», habilitar a un general de división para ocupar empleo de superior categoría. El cargo de director general de la Guardia Civil viene atribuido reglamentariamente a un teniente general en activo del Ejército de Tierra. En los últimos cuarenta años, sólo se ha dado una excepción, junto con la actual, en el caso de Camilo Alonso Vega, que fue director general del Cuerpo desde 1943 a 1947, siendo todavía general de división.
Josep Meliá, portavoz del Gobierno, aseguró ayer que la decisión de destituir al teniente general Fontenla era «suficientemente explícita» como para no tener que explicar públicamente sus motivos.
Pasa a página 11
Un hombre de Gutiérrez Mellado, nuevo director de la Guardia Civil
La crisis que ha dado lugar al cese del director general de la Guardia Civil se suscitó con la interpretación dada por el teniente general Fontenla al texto de la ley orgánica de la Defensa aprobado por el Congreso, según el cual «en tiempo de paz, el Cuerpo de la Guardia Civil dependerá del Ministerio de Defensa en el cumplimiento de las misiones de carácter militar que por su naturaleza se le encomienden, y del Ministerio del Interior en el desempeño de las funciones relativas al orden y la seguridad pública». Fontenla estimó que quedaba suprimida la tradicional adscripción de la Guardia Civil al Ejército de Tierra, y que un futuro Gobierno socialista podría incluso eliminar el carácter militar del citado cuerpo.En sus declaraciones a La Vanguardia, Fontenla añadió, refiriéndose a la ley: «Haremos todo lo posible para que no sea aprobada en el Senado, aunque, naturalmente, no estamos muy seguros de los resultados.» Estas manifestaciones, que parecían sugerir un enfrentamiento entre el Parlamento y la Benemérita, ocasionaron una petición de la ejecutiva del PSOE para que fuera cesado el teniente general Fontenla.
Aproximadamente a la misma hora -media tarde del lunes- este último fue recibido por el vicepresidente primero del Gobierno, teniente general Gutiérrez Mellado, a quien acompañaban el ministro de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún, y otras personas. Finalizada la reunión, Fontenla rectificó su primera interpretación sobre la supresión del carácter militar de la Guardia Civil, precisando que había llegado a la conclusión de que continuaba siendo un cuerpo militar y que lo seguirá siendo en el futuro.
La rectificación del teniente general Fontenla no abarcó otros aspectos de sus anteriores declaraciones, tales como el hecho de que se iba a hacer «todo lo posible» para evitar que la ley fuera aprobada en el Senado. Este aspecto, unido a la necesidad de que todos los miembros del poder ejecutivo acaten las decisiones del Parlamento -caso del teniente general Fontenla-, fueron valoradas ayer por el dirigente socialista Enrique Múgica como datos que hacían necesario el relevo del director general de la Guardia Civil.
Múgica dijo también que en el cese no han intervenido sólo razones políticas, sino técnicas. Estas últimas se refieren al programa de reorganización de la Guardia Civil, basado en una reducción del despliegue de la fuerza y su concentración en acuartelamientos de mayores dimensiones que los puestos actualmente instalados en toda la España rural. Esta «contrarreforma de la Guardia Civil», expresión textual de Múgica, «había sido contestada en sectores de las fuerzas de seguridad y en ámbitos vinculados a Defensa e Interior».
Medios militares y políticos consultados por EL PAIS coinciden en que el nuevo director generaíde la Guardia Civil, general Aramburu, es un hombre del equipo formado por el teniente general Gutiérrez Mellado en el Ministerio de Defensa. Fuentes militares agregan que, además, es una de las personas de mayor competencia técnica y confianza con que ha contado el ministro civil que se encargó de la cartera de Defensa después de, Gutiérrez Mellado, Agustín Rodríguez Sahagún. A este respecto, cabe mencionar que recientemente fueron cambiados varios de los titulares de las secretarías generales de la Subsecretaría de Defensa -cuatro en total-, y el único que permaneció en su puesto fue el general Aramburu. Este último desempeñaba la secretaría de Política de Defensa, en la que sucedió al teniente general Gabeiras, actual jefe del Estado Mayor del Ejército.
El general Aramburu nació el 23 de julio de 1918. Ingresó en el Ejército en octubre de 1936, por lo que prácticamente hizo toda la guerra civil. Ha sido profesor de la Escuela Superior del Aire, de Cooperación Aeroterrestre y del CESEDEN; fue jefe de Ingenieros de la III Región y estuvo destinado en el Sahara durante los últimos años de la Administración española sobre dicho territorio.
El nuevo director general de la Guardia Civil se encontraba ayer en la República Federal de Alemania, en viaje de trabajo, al parecer relacionado con las compras de material bélico.
Por lo que se refiere a la posibilidad de dimisiones entre altos mandos de la Benemérita, a consecuencia del relevo en el mando de la misma, el portavoz gubernamental, Josep Meliá, aseguró ,que el único que se ha producido -el del general Guillermo Gutiérrez- se fundamenta en «razones de salud», según consta en su expediente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.