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Los dirigentes europeos consideran amenazado el futuro olímpico

La decisión adoptada por el Comité Olímpico de Estados Unidos de apoyar el boicoteo a los Juegos de Moscú, solicitado por el presidente norteamericano, Carter, ha levantado lógicas expectativas en todo el mundo. En Europa, los dirigentes deportivos consideran amenazado el futuro de los Juegos. Lord Killanin, presidente del Comité Olímpico Internacional, no quiso realizar ningún tipo de comentario, remitiéndose a la reunión que mantendrá el Comité del 21 al 23 de este mes.Las reacciones que se recogen en los medios deportivos europeos señalan «la decapitación de los Juegos de Moscú», al prever que numerosos comités seguirán el ejemplo de Estados Unidos, y afirman que una competición sin atletas norteamericanos no tiene sentido.

En efecto, las reacciones oscilan entre «la comprensión» de Gran Bretaña, cuyo ministro de Deportes, Héctor Monro, se felicitó por la actitud estadounidense, hasta la firmeza de Francia, cuyo ministro de la Juventud, Jean Pierre Soisson, confirmó la necesidad de mantener los Juegos.

En la Unión Soviética, la reacción ha sido virulenta. La agencia Tass distribuyó un despacho extremadamente violento contra el presidente Carter, afirmando asimismo que «la comparación hecha por Carter entre Moscú-80 y Berlín-36 (Juegos de la Alemania de Hitler) es un sacrilegio».

Por otro lado, según informa Ismael López Muñoz, enviado especial de EL PAIS a Casablanca, los países mediterráneos, cuyos comités olímpicos están dispuestos en su mayoría a acudir a Moscú, condicionan su decisión final a las posturas que adopten la República Federal de Alemania y Japón, según se pudo constatar durante los dos últimos días en la reunión de la Federación Internacional de los Juegos, celebrada en la ciudad marroquí, preparatoria de los Juegos Mediterráneos que se celebrarán en 1983. La reunión estuvo presidida por el vicepresidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, en ausencia, por razones de Estado, del presidente, Mohamed Mzmali, ministro tunecino de la Juventud. En la sesión final se decidió enviar un telegrama de solidaridad al presidente del Comité Olímpico Internacional, lord Killanin, ante la postura de boicoteo adoptada por el Comité norteamericano.

Por su parte, la comisión de deportes del Comité Central del Partido Comunista de España acordó dar su apoyo a la celebración de los Juegos.

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