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El 42% de los semáforos de Madrid serán regulados por ordenador

En el mes de noviembre de 1981, aproximadamente el 42% de los semáforos madrileños estarán gobernados por un ordenador electrónico, que aplicará, en cada momento preciso, un plan de regulación de los mismos, de acuerdo con la intensidad de tráfico que se registre en una zona determinada. Esto será posible gracias al proyecto de ampliación y mejora del sistema centralizado de regulación del tráfico, que actualmente está pendiente de adjudicación de obras por parte del Ayuntamiento de Madrid. El programa exigirá un desembolso de quinientos millones de pesetas.

Este plan de ampliación y mejora del sistema centralizado de regulación de los semáforos madrileños forma parte de un proyecto más amplio, que incluye la instalación de nuevos semáforos en la periferia de la ciudad y la colocación de varias cámaras de televisión distribuidas por la trama urbana central. Estas cámaras permitirán, en todo momento, ver desde el puesto de control si los datos de fluidez del tráfico recibidos por otros medios coinciden con la posible saturación que se registre en el punto en que se encuentre aquélla.La centralización del control de los semáforos, que será el punto principal de todo el proyecto, funcionará de la siguiente forma: una serie de detectores -entre quinientos y seiscientos-, enterrados bajo el pavimento de los puntos de mayor circulación de la ciudad, se encargarán de registrar cuántos vehículos pasan por el punto en cuestión y si el vehículo que haya sido detectado está parado o en marcha. Si el vehículo está parado, será pues, señal inequívoca de que en el punto en que se encuentra el detector se ha producido un atasco circulatorio.

Los datos recogidos por esos quinientos detectores repartidos por otros tantos cruces de calle -fundamentalmente, en el interior del tercer cinturón- serán transmitidos inmediatamente al centro de control de la circulación, que será instalado en la plaza de la Villa, en el edificio principal del Ayuntamiento.

Una vez allí, un ordenador se encargará de analizar los datos recibidos y, en función de ellos y conociendo previamente las características del lugar de la ciudad analizado -anchura de la calle, número de calles que convergen en ella, etcétera-, elegirá y pondrá en marcha el programa de regulación de los semáforos que sea más propicio para la situación estudiada.

En el caso de que la situación registrada en la calle no tenga previsto un programa de regulación concreto, el propio ordenador estará capacitado para elaborar y poner en marcha uno nuevo. Y todavía cabe una tercera a posibilidad: que sea el propio operador del sistema el que elabore un nuevo programa y lo introduzca en la máquina, para que ésta lo aplique. Este último caso sería el de las situaciones no habituales, tales como una mayor afluencia de coches a un partido de fútbol o una catástrofe que requiriera variar toda la circulación de la ciudad de acuerdo con cánones no preestablecidos.

Todo este complejo sistema de regulación electrónica de los semáforos centrales de la ciudad estará auxiliado por veinticinco cámaras de televisión que, situadas en otros tantos puntos estratégicos, permitirán al operador de la sala de control ver qué es lo que está pasando en cualquiera de esos puntos y, en función de esa visión, adoptar las medidas de regulación que crea oportunas.

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Aparte de la aplicación directa al control del tráfico de superficie, está claro que las veinticinco cámaras de televisi6n podrán ser utilizadas para que la Policía Municipal organice su propio servicio o para que un accidente que pudiera ocurrir en cualquier punto pueda ser detectado cuanto antes.

Para conseguir sus objetivos, las cámaras, que serán orientables por control remoto, estarán situadas en plazas o cruces de calles que permitan que, desde un mismo punto, puedan ser observadas calles de una considerable longitud.

La puesta en marcha de todo este programa para mejorar el funcionamiento de los semáforos de la ciudad le costará al Ayuntamiento del orden de los quinientos millones de pesetas, distribuidos de la siguiente forma: 280 millones, para la ampliación y mejora del sistema centralizado -hasta ahora sólo estaba instalado en cien cruces y por un sistema muy anticuado-; ochenta millones, para la instalación del sistema de televisión -de la que se está encargando la empresa Sintel-, y 140 millones, para la instalación de semáforos en cruces de la periferia de la ciudad precisados de ellos -que corre a cargo de las empresas Sice y Sainco.

Por lo que respecta a la regulación electrónica de los semáforos, han sido cinco las empresas que se han presentado al concurso convocado para realizar la instalación: Sice, Sainco, Philips, Bácer y Sintel. El próximo mes se conocerá ya cuál de ellas será la que se encargue de ella.

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