Gastos relacionados con el accidente del río Orbigo, pendientes de pago

Mañana se cumplirá el primer aniversario del accidente de circulación que costó la vida a 49 personas, al caer un autobús escolar al río Orbigo, en la localidad zamorana de Santa Cristina de la Polvorosa. Cuarenta y cinco de las víctimas eran niños, alumnos del colegio Vista Alegre, de Vigo, que regresaban a sus casas después de pasar las vacaciones de Semana Santa de excursión por diversos puntos de España.

Después de que organismos oficiales, entidades ciudadanas y particulares ofrecieran toda clase de ayudas para atender a familiares y allegados de las víctimas, quedan pendientes todavía 1.400.000 pesetas de facturas que no han sido pagadas a diversos establecimientos de Santa Cristina y Vigo. Entre esas facturas está la del hotel de Vigo en el que se alojaron las autoridades de Santa Cristina de la Polvorosa que asistieron a los funerales multitudinarios celebrados en el estadio de Balaídos.Entre los ofrecimientos que se hicieron al pie del puente de Santa Cristina, con los familiares de las víctimas esperando el rescate de los muertos, algunos de los cuales tardaron más de un mes en aparecer, estaba el del gobernador civil de Pontevedra, que aseguré a uno de los responsables de la asociación de padres de alumnos del colegio Vista Alegre que el propio Gobierno Civil se haría cargo de todos los gastos.

Queda pendiente también una polémica factura por la talla de un crucero encargado a un escultor vigués, y otras resultantes de actos de homenajes, funerales, comidas para los familiares y equipos de rescate. Según el presidente de la asociación de padres de alumnos, el Ayuntamiento de Vigo, que también se ofreció a subvenir a los gastos, ha dado la callada por respuesta hasta la fecha, y las facturas están llegando personalmente al presidente de aquella asociación.

Los entierros de los niños y profesores del colegio víctimas del accidente, así como la recepción de los cadáveres llegados en tren y en ambulancias, conmovieron durante largos días a la ciudad de Vigo. Decenas de miles de personas asistieron a las honras fúnebres, culminando todos los actos con un funeral gigantesco en el estadio municipal de Balaídos, concelebrado por el obispo de la diócesis de Vigo y varios sacerdotes.