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Reportaje:

La verdadera personalidad de Sherlock Holmes

Sherlock Holmes, el omnisciente y genial detective, célebre en el mundo entero por sus poderes de observación y deducción, escondía en realidad un alma tenebrosa, vengativa, inestable y quisquillosa, según ha revelado el prestigioso diario londinense The Times. Estas revelaciones sorprendentes surgen de la lectura de los diarios íntimos, cartas y anotaciones del médico de Sherlock Holmes, el doctor Moore Agar, descubiertos con motivo de la reconstrucción de su casa en Harley Street, en Londres. El artículo, escrito por David Sinclair, levanta una nueva polémica sobre la mitología de ficción creada en torno al famoso detective británico fruto exclusivo de la imaginación de Arthur Conan Doyle.

Del examen de dichos documentos resulta que la verdad sobre Sherlock Holmes es tan evasiva como las soluciones que daba a los crímenes que investigaba. Las contradicciones entre las afirmaciones del doctor Watson y las revelaciones de los cuadernos de notas del doctor Agar saltan a la vista. Su amigo íntimo le describe como un hombre alto, grave, de aspecto sombrío. Pero el doctor Agar anota que, bajo una apariencia fría y un exterior solemne, eran frecuentes sus estallidos de celos y sus cóleras vengativas.Mientras su fiel compañero, Watson, pinta al genial detective como un hombre puntual, de hábitos rigurosos, que se acostaba antes de las diez de la noche y salía de casa a primeras horas de la madrugada, el doctor Agar afirma que pasaba muchas noches en vela. ¿Qué hacía solo hasta altas horas de la madrugada? Sencillamente, se drogaba. No se sabe si con morfina o cocaína. En el diario íntimo del doctor Agar, recientemente descubierto, se refleja la sorpresa ante la duplicidad de este personaje que, con una imagen de hombre metódico y de sobrias costumbres, ocultaba tendencias viciosas.

Otra revelación sorprendente: Holmes tenía un hermano, Mycroft, que le superaba en capacidad de deducción y observación, y que fue su verdadero maestro en ese arte pintoresco de la caza de criminales. Por otra parte, Holmes trató a su íntimo amigo y confidente, Watson, con desprecio e ironía, en contra de lo que se traslucía en la biografía del célebre detective. « iPobre Watson », señala el doctor Agar, «cuántas humillaciones sufrió durante quince años! »

La desmitificación del personaje alcanza también a su pretendida melomanía. Si bien Holmes era capaz de tocar el violín con refinamiento y perfección, sin embargo era incapaz de soportar toda música distinta a la suya propia y carecía de toda facultad de creación musical.

Las revelaciones del doctor Agar van aún más lejos. El «Napoleón del crimen el profesor Moriarty, que según Holmes era el genio diabólico de los bajos fondos, nunca existió. Fue simplemente un fruto de la imaginación pervertida de Holmes, impulsado por el ansia de vengarse de Watson por el despecho que su casamiento inesperado le produjo y que Holmes siempre consideró como una deslealtad.

Toda la historia de Moriarty es un tejido de mentiras. En realidad, la supuesta muerte de Holmes y la de su diabólico enemigo en Suiza fueron un subterfugio para justificar su retirada de la actividad detectivesca, el punto final de su carrera. Lo más sorprendente es que The Times publicó en su día la noticia de la desaparición de Holmes como si fuese verdadera.

El doctor Agar sospecha que el famoso detective sufría de una crisis nerviosa que le llevó al borde de la locura. Watson comenzó a sospechar que su amigo se había convertido en un extraño y raro personaje y fue a consultarle. «Se me hizo claro que Sherlock Holmes era un hombre realmente enfermo, e inmediatamente telegrafié al doctor Bergdorf advirtiéndole sobre el estado mental de su nuevo paciente.» Watson también dejó escrito que «en marzo de 1897, el doctor Moore Agar, de Harley Street, nos dio, convincentes razones para que el famoso detective dejase de lado todos sus casos y se retirase para evitar un hundimiento moral completo».

Ese mismo año Holmes todavía continuaba hablando del profesor Moriarty como si éste le amenazase. Watson estaba seriamente preocupado y consultó de nuevo al doctor. El consejo médico fue que hablase francamente con Holmes y le convenciese de que las amenazas del profesor Moriarty no eran tales. Tarea difícil, puesto que el supuesto diabólico profesor había fallecido seis años antes. Watson hizo todo lo posible para convencer a su amigo, y el resultado fue que parecía más loco que él.

Sherlock Holmes se retiró a la edad de 49 años, en 1903, para dedicarse a la apicultura. Pero lo que trastornó finalmente su mente fue el segundo matrimonio de Watson, coincidente con su retiro, dejándole desamparado y solo. La señora Watson era una mujer muy estricta y carente de fantasía, que impidió que su marido continuase ayudando a Holmes en una labor investigadora tan llena de peligros.

Tras la aparición de estas sorprendentes revelaciones, se espera con ansiedad la publicación de nuevos fragmentos de estas memorias del doctor Agar que puedan aportar nuevas facetas sobre la torturada personalidad de uno de los más grandes detectives que en el mundo hayan existido.

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