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Carter da un margen de confianza a Banisadr para que saque a los rehenes de la embajada

Estados Unidos ha dado un margen de confianza al Gobierno iraní y no le impondrá ningún tipo de sanciones, a la espera de una solución de la crisis que enfrenta a ambos países desde que, el pasado 4 de noviembre, los estudiantes islámicos ocuparon por la fuerza la embajada estadounidense en Teherán y secuestraron a más de medio centenar de personas.

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La promesa del presidente iraní, Abolhassan Banisadr, de que el Consejo de la Revolución se hará cargo de los rehenes ha sido acogida en la Casa Blanca con cierto optimismo, pero sin grandes entusiasmos, ya que la dispersión de poder en Irán puede dificultar a Banisadr el cumplimiento de sus propósitos. Banisadr ha impuesto, entre tanto, dos condiciones: que no haya sanciones económicas y que Estados Unidos no lleve a cabo ningún tipo de provocación.Carter recibió a los periodistas ayer a las siete y media de la mañana (una y media de la tarde en Madrid), en el despacho oval de la Casa Blanca, y calificó de «positivo» el discurso hecho en Teherán por Banisadr, en el que éste anunciaba que el Consejo de la Revolución se haría cargo del medio centenar de rehenes.

De acuerdo con el nuevo giro tomado por la situación, Carter considera que no son necesarias nuevas sanciones económicas. De esta forma, el presidente norteamericano confirmaba indirectamente los rumores difundidos en Washington en días anteriores, sobre la posibilidad de represalias económicas y de incluso ruptura de relaciones diplomáticas, en el caso de que no hubiera ninguna concesión iraní.

Un alto funcionario norteamericano confirmaría después de la conferencia de prensa que la suspensión de nuevas sanciones contra Irán era la única concesión hecha por Carter ante las declaraciones de Banisadr.

El presidente dijo que seguirá dedicando toda su atención y esfuerzos para la liberación de los rehenes, lo antes posible, y su vuelta a Estados Unidos. Pero Carter añadió también que no tiene seguridad de que los rehenes sean transferidos al Consejo de la Revolución, ya que la única garantía son las palabras de Banisadr.

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Algunos funcionarios del Departamento de Estado han comentado que la nueva situación es una mezcla de buenas noticias, con una situación que, en conjunto, sigue siendo mala. «Ni los rehenes van a ser liberados por el hecho de ser traspasados al Gobierno iraní, ni se tienen garantías de que el traspaso se efectúe realmente ni la liberación está próxima, ya que Banisadr ratificó la postura de que será el Parlamento iraní quien decida la suerte final de los rehenes, y el Parlamento no se constituirá hasta dentro de dos meses, por lo menos», apuntaron estos funcionarios.

El discurso de Jomeini, leído ayer en la plaza Azadi, en Teherán, ha sido oído con optimismo por los medios presidenciales estadounidenses. El hecho de que el ayatollah no haya abordado el problema de la transferencia de los rehenes al Consejo de la Revolución «puede significar que Jomeini no se opone», declaró ayer un alto responsable de la Casa Blanca. Personas allegadas a Carter dijeron ayer que éste comentó al conocer el contenido del discurso: «Estas noticias son mejores de lo que esperaba.»

También ayer, el secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, dio a conocer, a través de un portavoz, que espera que la comisión de Naciones Unidas pueda volver pronto a Teherán, donde quizá pueda visitar a los rehenes.

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