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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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Chagall

Cena en Liria. Cayetana, entre divertida y cansada, como otras veces. Jesús, hablador, irónico, con más mechones blancos en la barba, o con más barba entre los mechones blancos, lleno del ingenio que da el contar con un enemigo inmediato, sobre su natural ingenio. Pitita Ridruejo, recién llegada de su travesía del Nilo:-Creo que he convencido a los egipcios de que las pirámides no son obra de los faraones, sino de los extraterrestres.

Esta mujer es San Pablo con el caballo incorporado. Jamás se caerá del caballo. Marisol y Miguel de la Quadra-Salcedo. Marisol se obstina, cariñosamente, en curarme mi faringitis con los remedios de la suya:

-Verás, Marisol, amor: la faringitis es como el alma. Cada uno tenemos la nuestra. Quizá, incluso, la faringitis sea cosa del alma.

Alvaro. Gloria. Se esperaba a un yugoeslavo que no llega. El yugoeslavo era, naturalmente, una aportación de Pitita. A través de los años viene aportando a nuestra amistad yugoeslavos, pintores naif, magas, magos, escaparatistas que se hacen llamar arquitectos, flores nocturnas del mal, sabios internacionales que lo curan casi todo y señoras particulares. Miguel y yo hablamos de Félix Rodríguez de la Fuente -todavía vivo esa noche-, y reflexiono sobre esa raza de aventureros españoles, de grandes hombres de acción que un día se llamaron Alba (y vuelven a llamarse, en el nada inactivo duque) y hoy se llaman Quadra-Salcedo, Vázquez Figueroa, Félix, César, Leguineche. El español, mejor que escribir sus sueños, como Verne o Stevenson, ha preferido vivirlos. Cervantes es suma de españoles, porque primero vive peligrosamente y luego, hasta la muerte, todavía con sol en las bardas, ironiza sobre lo vivido. Hoy, al momento de escribir esta crónica, pienso que, a Félix, la muerte blanca no le ha dejado tiempo para ironizar.

Pero los duques han comprado un Chagall. El cuadro de Marc Chagall (miro la fecha: 1959) está en un salón con chimenea, al otro extremo del rincón en que se esconde el pequeño picasso cubista, del 29, que visito siempre que vengo a esta casa:

-Cayetana compró este cuadro por la mañana -me explica Aguirre-, y por la tarde, cuando abrió el periódico, se enteró de que acababa de morir Picasso.

Jesús Aguirre se ha ido literalmente con la música a otra parte, en la política española, y luego han quitado del Ballet Nacional al hombre que él propuso y auspició, Antonio Gades, y luego todo lo demás que ustedes saben. A la hora del café, Jesús habla de todo esto, que quizá tanto le importa, con la pulcritud de quien explica algo que no le importa. O hace como que le importa mucho (raza inextinta de los pertinaces españoles), algo que, en el fondo, ya no le importa nada:

-Gades no hizo en Caracas otra cosa que comentarios de sobremesa. Y los recogió un periódico venezolano de poca tirada. Robles Piquer ha dicho que la rectificación de Gades no era correcta, pero la rectificación la hizo nuestro propio embajador en Caracas. Gades ha mantenido, con poquísimo presupuesto, unos ballets ejemplares en el mundo. Cuando tanta gente del Régimen anterior y su nostalgia activa anda por ahí pegando gritos subversivos, resulta que la primera víctima política de la democracia es un artista excepcional y hombre del pueblo.

No importa. Esta mañana he recibido una cálida adhesión de Caballero Bonald a mi crónica sobre Gades. Ahí está el Chagall, iluminándonos a todos con sus llamas diurnas, frente a las llamas nocturnas de la chimenea. Lo dijo Ezra Pound: «Tiberio pasa y su moneda perdura.» Cuando a Chagall le preguntaron los rusos por qué pintaba vacas verdes, tuvo que olvidarse para siempre de la Unión Soviética. El poder pasa, y el arte -música, baile, moneda/ medalla, pintura, vaca verde, Chagall, Pound, Gades permanece. Todo lo que ahora se ha abolido era un lujo democrático. Demasié..

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