Cien mil madrileños visitaron la Expo-Ocio en los dos primeros días
Más de 100.000 personas han pasado durante el fin de semana -previo pago de cien pesetas- por los pabellones de Expo-Ocio, muestra dedicada a los distintos objetos que ayudan a pasar el tiempo libre. Los 1.500 expositores que concurren este año presentan las últimas novedades en todo lo que se refiere a bricolage, jardinería, numismática y filatelia, náutica, viajes turísticos, e incluso se pueden encontrar seis diferentes modelos de lo que se supone que puede ser la segunda vivienda. La muestra, que durará hasta el domingo, se exhibe en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo.
Quizá las salas más visitadas sean las destinadas al bricolage. El «hágalo usted mismo» parece ser una de las mayores aficiones de los madrileños en su tiempo libre, y la demanda e información solicitada acerca de todo tipo de herramientas es constante. Las últimas novedades en soportes para toda clase de estantes, puntos de enganche, taladros y demás «maravillas» para hacer una simple estantería, un cochecito para el niño o un mueble más sofisticado. Los precios, no muy altos en general, aumentan según el grado de novedad del objeto en cuestión. En total, solamente para bricolage hay 110 expositores que presentan lo más nuevo de setecientas marcas.La náutica puede considerarse la segunda vedette de la Expo-Ocio 80 -ocupa 7.000 metros cuadrados de los 40.000 de la feria-, aunque en este caso lo más destacable pueden ser los elevadísimos precios de los objetos exhibidos. Barcos de vela, sky acuático, pesca, etcétera. Está todo lo necesario y todo lo más nuevo.
Los aficionados a practicar el camping tienen también en la feria muestras de las caravanas y tiendas de todas clases, aunque en información acerca de dónde instalar todo el equipo solamente existe un incompleto mapa en el que se señalan los lugares en los que se puede acampar, sin explicar ni dar detalles de la situación de cada una de estas zonas.
Luego hay también exposiciones y venta de artículos para jardinería: plantas, semillas, abonos, herramientas y todo tipo de utensilios y aditamentos para intentar que las plantitas aumenten a toda velocidad y parezcan las más bonitas de su género.
Después de dar una vuelta por el pabellón de la música, se puede visitar toda una muestra de chalés prefabricados, que pretenden servir de segunda vivienda, y que se intentan vender con la supuesta ventaja de que en cualquier momento, si te cansas del paisaje -se supone que nunca de la casa- buscas otra parcelita y en paz. Como una casa nueva; lo malo es que los precios se aproximan bastante a los de un chalé asentado a base de cemento, piedras y ladrillo sobre el suelo.
Para los que dedican su tiempo a los viajes, en la planta superior del Palacio de Cristal hay una serie de stands en los que pueden encontrar folletos -sobre todo folletos- explicativos de las maravillas que se pueden conocer en los países considerados más exóticos: los del Este, Egipto, junto a propuestas de visitar las distintas regiones españolas.
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