Confusión política en las elecciones parlamentarias iraníes
Unos dieciséis millones de iraníes mayores de dieciséis años fueron llamados ayer a las urnas para elegir, dentro de una gran confusión y en prmiera vuelta, al primer Parlamento de la República Islámica. Jomeini pidió a la población, a través de la radio, qué descartaran en su elección "a la derecha y a la izquierda" que buscarían, según él, «la dependencia de Irán de una u otra potencia».
El imán Jomeini recomendó también a los votantes consultar, antes de emitir su sufragio, «con una persona de confianza». Esta recomendación del líder político-religioso iraní no es en absoluto gratuita, dada la dificultad del sistema electoral iraní. En la víspera de la votación, aún no estaban claras las normas. Además, Irán cuenta con cerca de un 70% de analfabetos y los votantes necesitan escribir el nombre de los candidatos favoritos.La mayor parte de los candidatos son desconocidos. Muchas de las listas electorales han incluido candidatos que lo son también en otros grupos. Así, por ejemplo, Massud Rayavi, jefe de los Muyaijdines del Pueblo, es presentado también en Teherán dentro de las listas del Partido Comunista (Tudej), y en la de los Fedayín del Pueblo, a pesar de que la ideología marxista de estos dos grupos no guarda ninguna coherencia con el pensamiento de Rayavi.
El Tudej incluye en su lista a quince dirigentes del partido, junto a otras catorce personas (clérigos en su mayoría) que no tienen en común sino sus «ideas progresistas». Por su parte, el líder integrista ayatollah Bejeshti encabeza dos listas: la del Partido de la República Islámica, del que es líder, y otra que agrupa a sus partidarios y a los de Mehdi Bazargan, el primer presidente de Gobierno, que fue derribado precisamente por los partidarios de Bejeshti, acusado de «reformista» y «pro americano».
Pero el que ha batido el récord de presentación en diferentes candidaturas es el hoyatoleslam Gafuri, que es recomendado por, al menos, cinco partidos, que se sitúan de la derecha a la extrema izquierda. Por su parte, el mentor de los estudiantes islámicos que ocupan la embajada de Estados Unidos, el hoyatoleslam Joeni puede ser elegido como candidato del integrista Partido de la República Islámica (PRI), o del comunista Tudej. Además, siete candidatos del PRI lo son también de las listas que apoyan al presidente Banisadr, a pesar de la guerra que enfrenta a ambas formaciones.
Dentro de esta confusa ensalada electoral (que lo es más dado el nivel de analfabetismo de la población), hay cuatro partidos que están ausentes: el Partido Republicano del Pueblo Musulmán (que apoya al ayatollah disidente, Chariat-Madari), el Partido Radical (de Rajmatollah Mogadam, que tuvo que huir para no ser detenido, después de la rebelión de Tabriz del pasado mes de diciembre), el Frente Nacional Democrático (del defensor de los derechos humanos Matine-Daftari, actualmente en la clandestinidad) y el Partido Democrático Kurdo de Irán.
Estas cuatro formaciones son consideradas ilegales, aunque el Partido Kurdo será el único en presentar candidatos, sin depender de la etiqueta de su partido.
Dentro de esta confusión, los iraníes votaron en calma durante el día de ayer. De estas elecciones dependerá que el presidente Banisadr pueda gobernar con una amplia mayoría o que continúe todavía una situación de anárquico reparto de poder como la que viene existiendo en el país.
Aun en el improbable caso de que Banisadr lograse una mayoría parlamentaria, tendría que depender de los designios del imán Jomeini y de otros dirigentes religiosos.
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