El Castilla, irrespetuoso

El Castilla nos ha estropeado la final de Copa. Tendrán que jugarla otros dos, porque nos han eliminado al Athlétic. El Castilla es un equipo joven que ha resultado impertinente. Ha sido una falta de respeto lo que ha hecho en San Mamés. Que un equipo de Segunda, que encima no aspira a subir a Primera, nos parta por la mitad la tradición no tiene nombre.El Athlétic, que en lugar de leones ahora sólo tiene cachorros, buscó como elemento transformador al austriaco Seneka y ahora tiene que soportar con estoicismo una derrota infamante. Un año en que la Real amenaza con ganar la Liga, el Athlétic tenía la obligación de conservar su estilo copero.

Si el Madrid aún estuviera considerado como el equipo del régimen, podría argüirse que la victoria del Castilla fue la revancha de UCD. Pero tampoco vale el argumento. Lo sucedido ha sido, simplemente, uno de los muchos contrasentidos del fútbol.

Al Athlétic le sostuvo durante los últimos diez años Iríbar, que todavía no ha encontrado sucesor. Con Iríbar y diez más, el Athlétic tenía un mejor ver. Cuando Lezama o Blasco no eran la base del equipo, el Athlétic era todavía mejor.

No queda más remedio que aceptar la crisis de la cantera vizcaína. O quizá el fracaso de la política seguida en San Mamés. La Real sí tiene cantera, y ello sin contar con el complejo de Lezama. El Athlétic de Duñabeitia ha tocado fondo. Una lástima.