_
_
_
_
_

"Sha", relato novelesco del exilio del ex emperador de Irán

Una curiosa hipótesis sobre la verdadera identidad del sha de Persia, que estaría descansando agradablemente en un retiro dorado, mientras un doble suyo se debate entre la vida y la muerte, a causa de una enfermedad y como consecuencia de las amenazas que sobre él pesan, es el hilo conductor de una trepidante novela de Alberto Vázquez-Figueroa, que acaba de publicar la Editorial Plaza y Janés. Ayer la presentó su autor en un restaurante de Madrid. La obra se llama, significativamente, Sha, aunque en el texto se alude a Reza Pahlevi como emperador.

Lo primero que dice Vázquez-Figueroa sobre su novela -que hace la número 23 de las obras publicadas por él- es que él no es un oportunista. Sin embargo, en mayo del pasado año vio claramente la oportunidad de novelar la vida del sha en el exilio. El origen de la novela presentada ahora fue un guión de cine cuyo final no agradó al autor, quien volvió sobre su propio argumento y terminó haciendo esta novela.La escribió en dieciséis días, dice Vázquez-Figueroa, entre el 29 de diciembre del año pasado y el último 16 de enero». Para una obra que pretende estar entre la ficción y la realidad, y habida cuenta del tiempo que se conceden escritores como John Le Carré, Graham Greene y Frederick Forsyth para escribir sus best sellers, no parece que Vázquez-Figueroa se haya impuesto un plazo muy largo. El considera que, en primer lugar, no quiso escribir un best seller, aunque su editorial lo considera un autor de los que se halla en esa categoría; tampoco estima que el suyo sea un genio equiparable al de Greene y, por fin, indica que está muy lejos de disponer del dinero y del tiempo que Forsyth tiene para fabricar sus conocidísimas historias de ficción.

Lo que sí hizo Alberto Vázquez-Figueroa, dice él mismo, fue documentarse sobre el entramado político de Irán y luego escribir, en dieciséis noches, el que él considera un libro que tanto puede molestar a Jomeini como al propio sha Reza Pahlevi. No cita al terrorista Carlos entre los que puedan molestarse por su trama novelesca, aunque de la narración se deduce que el famoso líder terrorista venezolano, que juega un papel importante en la obra, se comporta de modo zafio, machista y maquiavélico, como el héroe de una película del hampa o como un personaje de la policía del sha, que también figura abundantemente en el libro.

Vázquez-Figueroa no está muy seguro de que su obra vaya a ser un best seller, pero es consciente de que su novela se vigila con atención desde una capital, Teherán, de donde ya ha sido pedida. El confía en que, si el trabajo tiene la recepción que desea, la narración puede convertirse pronto en una película. Otras obras suyas -Manaos, El perro, Ashanti- han sido llevadas a la pantalla, a veces por él mismo, a pesar de que se defina como un mal director que está aprendiendo a fuerza de estar detrás de las cámaras. Si ningún productor le ofrece ahora ochenta millones de pesetas para poner en marcha un proyecto cinematográfico del sha, la obra no llegará por su iniciativa a la pequeña pantalla.

En cualquier caso, Vázquez-Figueroa es el novelador que no cesa, porque ayer, antes de presentar su última obra publicada, entregó a su editor la novela inmediata: un texto que se titulará Los nuevos dioses, en el que se abordan los intentos norteamericanos por lograr criaturas humanas excepcionalmente dotadas. Ayer mismo publicaba EL PAIS una historia en la que esa ficción se convierte prematuramente en realidad.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_