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El relanzamiento de la inflación en los países de la OCDE provoca una subida general de los tipos de interés

La reciente subida del prime rate (tipo de interés preferente) en Estados Unidos provocó ayer una escalada de alzas en los tipos de descuento oficial en los principales países europeos, en un movimiento que se asemeja mucho a la «guerra de los tipos de interés» que caracterizó al mercado financiero mundial hace unos meses. La subida más importante fue protagonizada por el Bundesbank, banco central de la RFA, que elevó su tasa del 6% al 7%.

Horas antes a la decisión alemana, el Banco Nacional suizo se adelantó con otra subida de un punto porcentual en el tipo de descuento oficial, que quedó situado al 4%. Pese a estas subidas, los tipos de interés oficial en la RFA y Suiza continúan siendo los más bajos de Europa.Pero la cadena de incrementos en los costes oficiales del dinero en Europa (Bélgica subió su tipo el miércoles e Italia y Francia lo esperan hacer hoy) reflejan la preocupación de las autoridades monetarias europeas ante la decisión del presidente del Sistema Federal de la Reserva norteamericana, Paul Volcker, de incrementar, hace dos semanas, el tipo de interés básico (discount rate) hasta el 13%, desde el 12%, dando margen a que los bancos comerciales norteamericanos subieran el prime rate hasta la cota histórica del 16,25 %.

La decisión suiza de elevar todos sus tipos de interés, además del básico, cayó por sorpresa en los mercados mundiales. Tradicionalmente, los bancos suizos son menos sensibles a los cambios que registran estos índices en el resto de países, dada la tradición de estas instituciones por seguir su propia política independiente.

No obstante, esta cadena de subidas denota a su vez la preocupación de los Gobiernos occidentales por la acumulación de las tensiones inflacionistas en casi todos los países de la OCDE. Es significativo que, durante el pasado mes de enero, Estados Unidos registró un incremento en tasa de inflación del 1,4%, colocándola, en términos anuales, al 18%. Italia también experimentó una inflación del 3,3% en enero (casi un 40% al año, de seguir así), mientras que Francia también reflejó un disparo en sus precios, según informó ayer el Gobierno francés, que significó un alza de la tasa de inflación del 1,9%. En Gran Bretaña también se batieron récords al subir un 2,5%, mientras que tan sólo la RFA resiste esta presión, con una subida del 0,5 %

El problema de la inflación en los principales países de la OCDE se ve a la vez agravado con las gélidas perspectivas que existen sobre la esperada recesión en Europa y Estados Unidos. Ayer, el Instituto Económico de Munich confirmó que el estancamiento económico en los países industrializados generará un aumento adicional del índice de desempleo, con un saldo de parados superior a los veinte millones de personas en Occidente.

Estas dramáticas perspectivas auguran, en opinión de los expertos, un año 1980 aún más negro que el pasado en el terreno económico. Teóricamente, los responsables de los Gobiernos europeos se amparan en la reciente subida escandalosa de los precios de los crudos para justificar unos índices de inflación sin precedentes desde la primera crisis del petróleo, en 1973.

Sin embargo, las recetas económicas adoptadas en los principales países industrializados, encaminadas primordialmente a distribuir sin graves trastornos por toda la economía los incrementos en los precios del petróleo, se encuentran a punto de fracasar, con excepción quizá de la República Federal de Alemania, donde la inflación pudo ser contenida en mayor grado.

Para compensar este aparente fracaso, el presidente Carter se reunió esta semana con sus principales asesores económicos, a quienes encargó el estudio de medidas adicionales para contrarrestar el elevado incremento de la tasa de inflación. Carter, que por razones electorales se empeña en rechazar la imposición de controles sobre precios y salarios, adelantó que las medidas adicionales bajo estudio incluyen un recorte sustancial del gasto público y una subida de los impuestos sobre el consumo energético.

Por su lado, el Gobierno francés informa nuestro corresponsal en París, ha rechazado cualquier modificación al plan Barre y ha insistido que la solución a la crisis debe venir por la liberalización paulatina de la economía.

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