El aumento en el número de abortos preocupa en Suecia
Es motivo de preocupación en Suecia el incremento registrado en el número de abortos, que en el primer mes de este año superó en un 17% al alcanzado en el mismo período de 1979. Fuentes del Ministerio de Salud Pública estiman que este año la cifra estará por encima de los 10.000.
La alarma surge cuando se coteja el número de abortos con el de nacimientos, que ha venido descendiendo en la década de los setenta, al punto de hacer pensar en perspectivas difíciles para el proceso productivo, por carencia de mano de obra. Aunque en este aspecto la existencia de más de un millón de extranjeros, y la posibilidad de incrementar esa cifra sin mayores dificultades, aportaría una solución al problema.Pero, más allá de este aspecto, las cifras señaladas revelan otros problemas de la sociedad sueca. Conocida es la libertad que existe en esta materia en Suecia, así como la temprana iniciación sexual de las jóvenes. Ello sólo no basta empero para explicar el alto número de mujeres embarazadas. Al parecer, las informaciones divulgadas sobre inconvenientes de las píldoras anticonceptivas ha llevado a muchas mujeres a abandonar su uso. El consumo de píldoras ha disminuido en un 5% en el último año. Otra explicación es que los suecos disponen de más tiempo libre, lo que facilita una práctica sexual más asidua y de carácter cotidiano.
El año pasado se practicaron 9.205 abortos, lo que significó un incremento porcentual del 10,9% respecto al año anterior.
Desde un punto de vista estrictamente sanitario, esta realidad preocupa a las autoridades médicas, que entienden que la interrupción del embarazo debe hacerse antes de la duodécima semana de gestación. Aparte de que los riesgos son menores, la paciente no necesita internamiento, lo que sí ocurre cuando el embarazo excede ese lapso.
Además de un problema económico, se genera una sobrecarga de los servicios, al punto de que muchas mujeres deben esperar un mes y más luego de ser anotadas.
El aborto fue legalizado en Suecia en 1975, lo que provocó un aumento en las estadísticas, pero no se pensó que llegara a niveles tan elevados. Contrariamente a lo que pudiera pensarse, no son las jovencitas las que figuran en el primer lugar entre las que abortan, sino mujeres con un promedio de edad de 35 años.
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