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Desarticulada una organización que preparaba el secuestro de altos funcionarios de Justicia

La Brigada Regional de Investigación Judicial de la Jefatura Superior de Policía de Madrid ha desarticulado una organización de delincuentes habituales, entre los que se encuentran algunos dirigentes de la Coordinadora de Presos en Lucha (Copel), que se hallaban preparando diversos atracos y secuestros de industriales y altos funcionarios de la Administración de justicia, así como la introducción de armas en las prisiones para preparar motines y fugas masivas.

El grupo desarticulado, según la información policial, se hallaba relacionado con la delincuencia francesa, con la que intercambiaba información, armas y drogas duras, así como con algunos presuntos miembros de comandos autónomos de ETA.Las once personas presuntamente encuadradas en grupos armados afectos a la organización Copel fueron arrestadas por inspectores de la Brigada de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Madrid. Los detenidos formaban parte de dos bandas o comandos. Daniel Pont, al que la policía considera jefe de uno de ellos, había sido dirigente reconocido de Copel en etapas anteriores.

Según el informe difundido por la policía, el primero de los grupos armados estaba constituido por cuatro personas: el propio Daniel Pont Martín, de 31 años de edad; Alejandro Echániz Garay, alias el Pulpo, de veintiséis; José Ramón Torres Pérez, de veintinueve, y Gerardo Vázquez Torres, de veintisiete. La policía explica que «fue preciso reducir por la fuerza a los cuatro, que estaban refugiados en un apartamento de la calle de Tres Cruces, número 12». Sus componentes disponían de «tres revólveres de la marca Taurus, calibre 38 especial, de fabricación brasileña, una pistola Star del calibre 9 milímetros parabellum y numerosos cartuchos».

Los seis componentes del segundo grupo de detenidos son: José Vega Rodríguez, alias el Chino, de veintinueve años; Angel Monzón Fernández, alias el Sartenilla, de veintisiete; Francisco Javier Orduña González, de veintiuno; Manuela Orduña González, de veintitrés; María del Carmen Lucas Burneo, de veinte; Elisa Pozas Tejedor, de diecinueve, y Victoria Fátima Haendler Mas, de 31. La policía afirma haberles ocupado un subfusil ametrallador Z-70, «que había sido arrebatado a un policía nacional con motivo de un atraco»; cuatro revólveres, tres del calibre 38 especial y el cuarto del 357 Magnum; una pistola de nueve milímetros largo; un rifle Reming ton, del 22, con mira telescópica y silenciador; abundantes proyectiles y diversos pasamontañas.

La policía explica que las armas halladas en poder del primer grupo procedían de «un delincuente francés en Hendaya, de nombre Jean Pierre Hellegouarch, fugado de la prisión de Burgos el pasado año». Por lo que se refiere a otros efectos incautados, «en el domicilio de Echániz, en la calle de Txingurri, de San Sebastián, se hallaron seis kilogramos de hachís, numerosas documentaciones falsas, munición y bonos para financiar la campaña pro presos de Herrera de la Mancha. En Madrid, y en el domicilio de Fátima Haendler, se intervino propaganda y documentación relativa a Copel, AFAPE, GAPEL, Unión Democrática de Prisiones, Comando de Apoyo a Copel y Grupos Libertarios. Todo lo anterior era propiedad de Daniel Pont, que está considerado como el máximo responsable de Copel».

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El 27 de mayo de 1977, y según señaló EL PAÍS, Daniel Pont y otros dos presos comunes se cortaron las venas con cuchillas de afeitar ante el tribunal que les juzgaba en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Madrid. Los tres reclusos estaban acusados de un delito de robo a mano armada en la sucursal del Banco Español de Crédito en Majadahonda. Aquella tentativa de suicidio se reputó como uno de los actos promovidos a partir de marzo de 1977, momento en que un decreto de indulto para delitos políticos multiplicó las protestas de los internos comunes.

Una extensa nota difundida por la Jefatura Superior de Policía de Madrid explica que las pesquisas habían sido iniciadas hace ya varios meses, concretamente «a finales del pasado mes de noviembre, a raíz de tenerse noticias de la preparación de atracos y secuestros por parte de bandas armadas. Durante varios meses se sometió a vigilancia a los sospechosos, que hacían continuos viajes por la zona norte del país y por Francia».

Gracias a estas investigaciones, «se llegó a concretar que, en connivencia con un delincuente francés, identificado como Hellegouarch, preparaban el secuestro de un industrial parisiense, propietario de la firma de cosméticos L'Oreal. A primeros de enero se detectó una entrevista mantenida en Hendaya entre Pont y Hellegouarch. Aquel recogió de manos de éste una bolsa con los tres revólveres y la pistola intervenidos en el momento de la detención. Pont entregó a cambio un envoltorio que contenía heroína. Los inspectores de la Brigada de Policía Judicial, comisionados en San Sebastián, comprobaron también que los delincuentes vigilados celebraban diversas reuniones y entrevistas con jóvenes vascos, algunos de los cuales han sido identificados como miembros d e comandos autónomos de ETA».

En la misma ciudad de San Sebastián, dice la información policial, «preparaban dos atracos, a una joyería y a una entidad bancaria, establecimientos que tenían sometidos a vigilancia. Otro tanto ocurría en Santander, donde mantenían en estrecha observación a un furgón blindado que transporta los fondos y nóminas de la residencia sanitaria Valdecilla. Habían llegado, incluso, a tomar fotografías para llevar a cabo con más exactitud la operación. A todo ello hay que añadir futuros proyectos de secuestros de altas personalidades de la Administración de justicia, al parecer, con la intención de alterar gravemente el normal funcionamiento de las prisiones, en las que tenían planeado introducir armas para provocar motines y fugas. Una vez recopilados todos estos datos, y ante la inminencia de los golpes que iban a perpetrar, con el consiguiente peligro para la seguridad ciudadana, se procedió a la detención de todos ellos».

El grupo dirigido -puntualiza la nota- por José Vega y Angel Monzón ha cometido siete atracos, seis de ellos a entidades bancarias madrileñas y uno a la empresa vallisoletana de Agromán. En el asalto a una sucursal de la Caja de Ahorros de la avenida de Badajoz mantuvieron un tiroteo con la dotación de un coche radiopatrulla y lograron apoderarse de la metralleta de uno de los agentes. Por fin, la policía ofrece una reseña de los antecedentes penales de Daniel Pont y señala el atraco a la joyería Girod, en la avenida de José Antonio, así como los de Alejandro Echániz, que sufrió ocho detenciones; José Ramón Torres, Gerardo Vázquez y José Vega. Los reslantes detenidos no tenían antececlentes penales, y las mujeres citadas en el informe policial están acusadas de complicidad o encubrimiento.

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