A vueltas con las letras
El panorama bursátil prácticamente no ha sufrido ninguna variación en la semana que hoy termina. El escaso negocio en los corros, la falta de interés y las cortas diferencias en los cambios han sido de nuevo los denominadores que han caracterizado a los distintos grupos. En el importante incremento en las pesetas negociadas ha tenido mucho que ver una operación realizada el martes, de deuda amortizable del 12 %, de la emisión de julio de 1979, y que superó los 477 millones de pesetas efectivas. Por sectores, los bancos y el grupo de inversión protagonizaron las me joras más significativas, mientras monopolios y varios eran quienes mayores pérdidas reflejaron.
Los bancos, conforme apuntábamos experimentaron avances de alguna importancia en sus precios, que se produjeron en la última sesión del ciclo. Allí las entidades pisaban a fondo el acelerador, y a pesar de no contar, en general, con dinero suficiente para ello, subían por encima de los cinco puntos, presentando unos cierres confusos, donde se entremezclaban papel y dinero.
Las eléctricas permanecieron casi estáticas. Los movimientos en sus cambios eran muy cortos, manteniéndose por el momento dentro de los límites, entre el 60% y el 65% que les atribuían los expertos como precios lógicos.
Químicas y constructoras presentaron resultados encontrados, negativo en algo más de un punto las primeras, y mejorando veintitrés centésimas las últimas. Sus corros tuvieron muy poca historia, y en el caso de las inmobiliarias, el martes y el jueves prácticamente desaparecían por coincidir su hora de contratar con la subasta de letras de cambio.
Este mercado -el de letras- es el único que sigue convocando el interés de los asistentes.
Dos fueron las notas más significativas que presentó. La primera es que se introdujo como sistema de contratación la subasta de tipos de descuento, frente al anterior, en que eran las entidades emisoras quienes ofrecían por separado su papel. Y la segunda es que no fue ofertada ninguna nueva letra con vencimiento a menos de un año, en lo que parecía respuesta a alguna indicación de la autoridad monetaria en el sentido de que los tipos de interés a plazo inferior a un año en nuestro país no son libres. No obstante, el Banco de España afirmó no haber cursado ninguna observación al respecto.
Las características de los efectos eran las mismas de la semana anterior, nominales, que oscilaban entre 500.000 pesetas y dos millones y medio, vencimientos, como decíamos, a un año, y tipos de descuento comprendidos entre el 12,75 % hasta el 13,5 %. El jueves se produjeron las primeras operaciones de mercado secundario, es decir, se pusieron a la venta efectos que ya habían sido negociados con anterioridad en la Bolsa. Concretamente, fueron dos letras de dos millones y medio de pesetas, emitidas por el Banesto, y que fueron parte de aquella remesa de veinte con que inició su participación en este mercado. En este caso, el descuento que se les aplicó fue del 12,75%, con un importante incremento en su precio, frente al 14% al que habían sido vendidas exacta mente una semana antes. Así, el mercado parece que tiende a regular a la baja los tipos de descuento practicados, al encarecer la de manda el precio de las letras.
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