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Cuatro asaltantes de un banco, detenidos cuando huían con dos millones de pesetas

La coordinación entre los servicios de seguridad de un banco y el dispositivo antiatraco montado por la policia en zonas especialmente castigadas por los asaltantes, casi siempre zonas periféricas, ha permitido por primera vez la evitación de un robo a mano armada y el arresto de sus cuatro autores.

Los atracadores, cuatro hombres de edades comprendidas entre los veintidós y los veinticuatro años, empuñaban armas cortas de fuego y observaron un comportamiento que los expertos del equipo de seguridd de dicho banco han calificado como de profesionales. Uno de ellos resultó herido en el tiroteo que precedió a su detención.A primera hora de la mañana, uno de los empleados en la oficina del Banco de Bilbao instalada en el número 30 de la calle de Maqueda, en el barrio de Aluche, descubrió la presencia de varios jóvenes que le parecieron sospechosos. La sucursal de Maqueda, amplia y relativamente nueva, no corresponde al tipo medio de oficina bancaria elegida a diario por los atracadores, salvo por su situación; suelen preferir las minioficinas que acaban de abrirse al público. Pero, por si valiera de algo, dio aviso a sus compañeros del servicio de seguridad.

Inmediatamente, el servicio de seguridad emitió un mensaje a la Dirección General de Seguridad, para denunciar un robo en grado desospecha.

A esas horas, como viene suce diendo desde hace algunos días varias unidades policiales de pa trulla pertenecientes al «dispositivo especial antiatraco» circulaban por el sector. Sobre las diez de la mañana, un coche «K», es decir, una unidad camufiada, se dirigó a la calle de Maqueda, «porque se había recibido de la central el aviso de un probable atraco».

A las 10.20, tres individuos, cuyas identidades no está probado coincidan con las de los sospechosos, entraron en la oficina. Uno de ellos usaba peluca, otro bigote postizo, y un tercero se cubrió la cara con una media. Alguno de ellos dijo: «Todos al suelo. Queremos el dinero.» Los ocho empleados del banco y los cinco clientes obedecieron. En cuanto al botín, había que esperar unos pocos minutos para que se abriese el submostrador, cuya cerradura sigue un programa de apertura retardada.

Funcionó el sistema "antiatracos"

Al fin, el cajero extrajo los billetes (casi dos millones de pesetas). Uno de los tres hombres, a quienes aguardaba un cuarto delincuente en el exterior, preparó una bolsa de plástico seminueva, como sucede casi siempre. Cuan do los últimos billetes salían de la caja, un ingenioso mecanismo electrónico hizo sonar la alarma definitiva de atraco en la central de la Puerta del Sol, y una cámara automática comenzó a filmar la escena. En la Puerta del Sol, un locutor comprobó: «Banco de Bilbao, calle de Maqueda, número 30», luego confirmó el atraco a la unidad «K», que se dirigía al lugar «a fin de deshacer unas sospechas». El conductor del automóvil aparcó en un lugar discreto próximo a la sucursal. Sus compañeros montaron las armas y aguardaron.

Sobre las 10.30, tres individuos salieron al exterior. Allí les esperaba un cuarto hombre. A una señal conjunta, los policías dieron el alto. Comenzó el tiroteo. Uno de los atracadores logró huir, pero varios metros más allá fue reducido. Sus cómplices se entregaron inmediatamente.

Poco después, la policía comunicaba la identidad de los detenidos: «Miguel Soler Muñohierro, de veinticuatro años; Antonio González de Pablo, de veintidós; Juan Francisco Ortega Domínguez, de veintidós, y Gabriel Zapata Fernández, de veintitrés. Este último resultó herido de bala en el tiroteo y ha sido ingresado en la Ciudad Sanitaria Primero de Octubre. Les han sido ocupados casi dos millones de pesetas, una peluca, un bigote postizo, tres pistolas y un revólver. » Unos minutos después, la oficina bancaria siguió atendiendo a los nuevos clientes.

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