La libertad de los profesores estará limitada por el respeto al ideario del centro
La Comisión de Educación del Congreso aprobó por la tarde la redacción del artículo 15 del Estatuto de Centros Docentes, referido a la libertad de enseñanza, según la cual, este derecho del profesor se ejercerá dentro del respeto al ideario y al reglamento interno del centro donde ejerza. Mientras la izquierda sostuvo que no puede haber otro ideario que el señalado por el artículo 27.2 de la Constitución -respeto a los principios de democracia, libertad y convivencia-, UCD, Coalición Democrática y la Mi noría Catalana apoyaron el que cada centro tiene derecho a su propio ideario, en base al derecho reconocido de crear instituciones docentes.El artículo, aprobado tal como lo deseaban estos últimos, dice textualmente: «Los profesores. dentro del respeto a la Constitución, a las leyes, al reglamento de régimen interior y, en su caso, al ideario educativo propio del centro, tiene garantizada la libertad de enseñanza. El ejercicio de tal libertad deberá orientarse a promover dentro del cumplimiento de su específica función docente, una formación integrail de los alumnos, adecuada a su edad, que contribuya a educar su conciencia moral y cívica en forma respetuosa con la libertad y dignidad personales de los mismos.»
En nombre del PSOE, Gregorio Peces-Barba pidió que se suprimiese del texto la alusión al ideario y al reglamento interno, que consideró anticonstitucional, ya que los únicos límites posibles a la libertad del enseñante son la Constitución y las leyes. Indicó Peces-Barba que la Constitución no recoge el ideario, y que éste puede suponer una ruptura del principio de no discriminación, así como una violación de la libertad de creencias si se impide la expresión de éstas.
Eulalía Vintró, en nombre del Grupo Comunista, propuso una redacción semejante a la socialista y, tras mostrarse de acuerdo con los argumentos de Peces-Barba, afirmó que va contra la Constitución la imposición unilateral de un ideario. Asimismo observó que UCD debe pensar que los profesores son «unos "comecocos" dogmáticos y doctrinarios» cuando defienden un texto cargado de cautelas, que son un desprecio para los docentes.
Juan Luis de la Vallina, por Coalición Democrática, sostuvo que el derecho de creación de centros implica la posibilidad de que éstos se doten del ideario, porque de otra manera se negaría la propia idea del centro y el derecho de los padres a elegir el tipo de enseñanza de los hijos.
Miguel Herrero Rodríguez de Miñón, de UCD, afirmó que los derechos de cada cual limitan con los de los demás; en este caso, los profesores con los de los alumnos, y desde este punto de vista describió tres límites fundamentales a la libertad del enseñante: el cumplimiento de su función docente, el respeto a la libertad de los padres de que se dé a sus hijos la enseñanza que han escogido y el derecho a crear un determinado centro. Afirmó el diputado centrista que no se impone al profesor más que el respeto a la conciencia de los demás ni se trata de impedir que tenga su ideología propia, aunque una muy escasa minoría de ellos quiere abusar de su libertad de enseñanza. A este respecto citó el llamado Libro rojo del cole, que calificó de escandaloso, y cuya distribución en los centros de Madrid debería investigarse si se está haciendo con fondos municipales.
Replicó Peces-Barba que la enseñanza privada no protestaba cuando se obligaba a los niños a cantar el Cara al Sol y a estudiar formación del espíritu nacional, y, respecto a los límites dibujados por Herrero de Miñón, dijo que sólo podrían establecerse por ley y no por la voluntad de los patrones de los centros. Asimismo advirtió que su partido recurriría ante el Tribunal Constitucional si este artículo sigue adelante.
Por el Grupo Andalucista, Emilio Pérez Ruiz dijo que mediante el ideario se quiere garantizar la ideología dominante de los patrones de los centros amenazando a los profesores con un posible despido, y advirtió a UCD que «a largo plazo tiene la batalla perdida, porque la j uventud desborda las imposiciones». María Rubíes, de la Minoría Catalana, explicó su posición favorable al ideario, «porque no se puede fundar un centro sin unos ideales».
Durante la sesión de la tarde se aprobaron también los artículos 12, sobre requisitos de los centros; 13, sobre la autorización para impartir enseñanza, y 14, sobre la posibilidad de adaptar los programas a las características del medio en que cada centro esté inmerso.
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