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Difíciles relaciones PSOE-PCE en varios municipios

Los concejales socialistas y comunistas no acaban de ponerse de acuerdo en el gobierno municipal de cuatro de las más importantes localidades de Madrid: Alcorcón, San Sebastián de los Reyes, Móstoles y Torrejón de Ardoz. Aunque en absoluto se puede hablar de una situación de ruptura del pacto municipal, portavoces de las corporaciones de ambos grupos políticos coinciden en señalar la poca madurez en el desarrollo de los pactos. Los comités provinciales de ambos partidos contemplan con preocupación la imagen pública que sus concejales presentan a una población que en conjunto supera el medio millón de personas.

Aunque cada caso presenta aspectos particulares, el reproche que en líneas generales plantean los concejales comunistas a sus homónimos socialistas se centra en un excesivo afán de protagonismo, tal vez una indigestión de poder por el resultado de las elecciones municipales, lo que origina una cierta incapacidad para comprender el significado y alcance del pacto municipal, así como una renuncia a gobernar los ayuntamientos en equipo.Por parte socialista niegan que no exista voluntad de colaboración o haya un aferramiento al sillón presidencial, pero argumentan que tal vez los comunistas tengan una idea exagerada de lo que significa el pacto y les gustaría que el gobierno municipal se ejerciera al 50%, olvidando que el PSOE es mayoría, que no se votó a un programa común antes de las elecciones, sino que el pacto es posterior, y que aunque el alcalde puede y debe delegar funciones, eso no significa que haya en la práctica tantos alcaldes como concejales delegados de servicios.

Las diferencias de interpretación, en unos casos, o simplemente personales, en otros, hacen que las instrucciones de los comités provinciales de ambos partidos no se apliquen debidamente. En la primera reunión, celebrada hace meses, se advirtió con preocupación el peligro de deterioro de los pactos en varias localidades, y se acordaron normas tan concretas como la que estipulaba que, en caso de desacuerdo en un punto concreto, los concejales deberían reunirse previamente a los plenos para limar diferencias. No se ha hecho así, y ya va siendo normal que concejales del PSOE y UCD coincidan en votaciones aisladas en contra del PCE, o viceversa.

Socialistas en mayoría

La situación más grave concierne a dos pueblos con una característica común: Alcorcón y San Sebastián de los Reyes, donde los socialistas tienen la mayoría absoluta, lo que les permite sacar adelante las votaciones, aun cuando los demás grupos, incluido PCE, voten en contra.Jesús Herranz, concejal comunista de San Sebastián de los Reyes, señaló «el protagonismo irracional que ejercen los socialistas, quienes, amparados en su mayoría absoluta, tienden a prescindir cuando les interesa de la colaboración de los demás. Las reuniones entre los concejales de ambos grupos no se hacen, e incluso nuestras mociones en los plenos son rechazadas a menudo o suplantadas por otras similares presentadas por ellos». La situación es tan tensa que, según el señor Herranz, se está valorando la idea de abandonar las comisiones municipales.

Aunque menos peliaguda, la situación es similar en Alcorcón. Germán Buitrago, portavoz comunista, señaló que el PSOE de Alcorcón no tiene una visión política clara de lo que son los pactos, y que el alcalde, amparado en la vigente ley de Régimen Local, no ha renunciado a sus atribuciones, de marcado carácter presidencialista. Aunque en algunos aspectos se funciona en conjunto, las discusiones pueden aparecer por el motivo más fútil. En la última comisión permanente, el conflicto surgió a la hora de elegir dos personas que acudieran a las Jornadas de Seguridad Municipal, celebradas en Cartagena: «Los comunistas propusimos que fueran el alcalde y el delegado de Policía Municipal, que era lo lógico, mientras los socialistas querían que fueran los dos de su propio partido. Al final impusieron su mayoría. Las delegaciones, por otra parte, no son tales, desde el momento en que los delegados no tienen poder de firma.»

José Aranda, el alcalde, ofrece una interpretación opuesta del problema: «El que estemos de acuerdo con una política de colaboración no quiere decir que los socialistas renunciemos a desarrollar nuestro propio programa municipal. El PCE tiene que admitir que es minoría, y que las minorías no pueden siempre sacar adelante sus ideas. El pueblo no votó en las elecciones un programa comunista-socialista, como lo hizo en la Segunda República al votar. Aquí, el pacto ha sido posterior, y quien obtuvo mayoría absoluta de votos fue el programa socialista.»

Los comunistas acusan

Por su parte, el alcalde socialista de Móstoles, Bartolomé González, estima que las relaciones entre ambos grupos son perfectamente cordiales y rechaza las acusaciones de presidencialismo: «Nadie puede afirmar que interferimos en las funciones de los concejales comunistas, ni que no tengan competencias plenas, pero la acción de coordinación del Ayuntamiento la lleva el alcalde, y no se puede renunciar a ella.» Ambos alcaldes socialistas afirmaron, por otra parte, que no existe peligro de ruptura del pacto, al menos mientras la situación se mantenga como hasta ahora.Carlos Madrid, portavoz comunista en Móstoles, centró el problema en una cierta miopía política de los socialistas, la escasa voluntad de coordinación de éstos y la inexistencia de reuniones conjuntas, lo que origina que puntos conflictivos se hayan tratado en los plenos, y eso crea confusión y desencanto en el pueblo.

En otras ocasiones, los conflictos puntuales tienen un trasfondo político más amplio. En Torrejón de Ardoz, y según Luis Moreno, concejal socialista, las agrupaciones locales de ambos partidos son más peleonas, y sus portavoces muy susceptibles. «Si a eso sumamos que la agrupación comunista es de mayoría leninista, y, por tanto, más radicalizada que las eurocomunistas, los conflictos pueden estallar con más facilidad. Así ocurrió con la pretensión del PCE de que los consejos municipales, con participación de entidades ciudadanas, tuvieran poder decisorio y, en cierta forma, fiscalizaran la labor municipal, idea a la que los socialistas nos opusimos rotundamente.»

«Tampoco faltan las discusiones sobre puntos concretos, pero eso no indica una situación tan grave realmente como la imagen que a veces se da en los plenos», añadió el señor Moreno. «Las relaciones no son malas en conjunto, y en las delegaciones la colaboración es cotidiana. Hay que buscar un equilibrio entre la idea comunista de que el gobierno municipal debe ejercerse casi a un 50% y la tentación de presidencialismo y de gobernar solos que puedan tener algunos socialistas. »

En cualquier caso, todavía no se han llegado a abordar grandes temas, donde las distintas posiciones ideológicas de ambos partidos pueden mostrarse más claramente.

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