El presidente del Popular formula una autocrítica a la gestión bancaria
El presidente del Banco Popular, Luis Valls, incluyó varios puntos de autocrítica a la gestión bancaria en el informe repartido ayer a los accionistas asistentes a la junta general, celebrada en Madrid. El señor Valls hizo referencia concreta a varias operaciones de crédito que concluyeron en fallidos o morosos para la entidad. La memoria repartida a los accionistas -que este año ha adoptado una estructura, similar a la del Bank of America, primer banco del mundo- incluye, como el año precedente, especificación del capítulo de impagados. El Popular es también el único banco español que incluye en su memoria un informe de una auditoría internacional, concretamente, Arthur Andersen.En el informe a los accionistas, el presidente del Banco Popular, Luis Valls, ha explicado la estructura de la toma de decisiones en la institución. «La asignación a las direcciones regionales de atribuciones importantes en materia de concesión de riesgos dota, indudablemente, al sistema de una gran agilidad, y tiene la ventaja ya aludida de un conocimiento más directo de las circunstancias bajo las que se opera en la zona. No obstante, el hecho de que el mismo cliente tenga posibilidad de trabajar con varias sucursales ubicadas en regiones distintas pueden dar lugar a fallos importantes si la coordinación no funciona.»
Otro factor de distorsión introducido en el mercado es para Luis Valls la política oficial de circuitos privilegiados de créditos, que «no sólo es errónea en su raíz, sino en su objetivo. Haber favorecido legalmente a empresas de fabricación de grandes bienes por la vía de que pudieran disponer de financiación abundante y barata no ha servido precisamente para llevar al éxito a algunas del tipo de Babcock & Wilcox. En estos casos, el profesional de banca tiende a poner menos atención en el seguimiento de la gestión de su cliente, porque su afán en alcanzar el obligado porcentaje de papel computable le lleva a dar carácter objetivo al papel, en lugar de dárselo a la empresa. Por supuesto que, en estos casos, la cuota de mayor responsabilidad corresponde a la dirección general».
Como caso de deslumbramiento de un director por un «experto internacional». el señor Valis citó el de Poggi. que afectó directamente a su banco. El origen de la deuda Poggi -insolvente en 1979está en la operación de crédito que hubo de conceder hace seis años para regularizar el descubierto producido en la cuenta corriente de Inmobiliaria Fuencarral, en virtud del pago de talones a cargo de la sucursal del Banco Central de Rueda, que no fueron abonados.
Mediante escritura pública se constituyó hipoteca sobre dos fincas. La primera fue inscrita en el registro de la propiedad, mientras que la otra no fue posible hacerlo al no estar inscrita la finca a nombre de la inmobiliaria. Poco después, esta sociedad fue declarada en situación de quiebra, igual que su principal componente, Poggi, huido al extranjero. La primera finca fue rematada en subasta y el banco ha llevado a insolvencia, con carácter parcial, el resto de la deuda, ante la imposibilidad de inscribir la otra hipoteca y ante la lentitud con que se tramita el juicio universal de quiebra del titular, que se encuentra prácticamente paralizado.
El presidente del Popular incluye en el apartado de explicación del negocio extranjero una pequeña historia del Credit Andorra, «El Credit Andorra está en mano de andorranos, franceses y españoles. El banco andorrano fue creado y desarrollado por Rafael Termes hace veinticinco años, y desde el primer momento ha mantenido excelentes relaciones de corresponsalía y amistad con nuestro banco. Al incorporarse el señor Termes 41 Popular se creyó en la obligación de traspasar su participación bancaría en Credit Andorra, banco que año tras año ha ido aumentando considerablemente de valor. Credit Andorra ha seguido su buena trayectoria llevado de la mano de Rafael Termes y nunca ha estado integrado ni concertado con el Popular, ajeno a la actual gestión franco-andorrana.»
El señor Valls resumió el contenido de su informe diciendo que los tiempos actuales son tiempos de prueba, en los que es preciso tesón en la paciencia y la prudencia. «En momentos de transformación como los actuales», añadió, «la función más importante debe ser la de "ver claro", saber dónde se puede ir y qué obstáculos hay que sortear, lo que no permite la indignación ni el escándalo.»
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