Paul McCartney
Sigue en la cárcel de Tokio, acusado de llevar marihuana en el equipaje con el que viajó a Japón la pasada semana. Para desesperación de sus fans en todo el mundo, el ex beatle tiene pocas posibilidades de resolver inmediatamente el embrollo en el que lo han metido los doscientos gramos de la citada droga . En cierto modo, la campaña de solidaridad que se ha montado en torno al cantante resulta alegre. En California (Estados Unidos), un grupo de estudiantes, entre los que predominaban las mujeres, desfiló por las calles de Woodland Hills portando pancartas en favor de la liberación de Paul e interpretando canciones compuestas por el ídolo. Mientras tanto, en Tokio, la esposa de McCartney, Linda, ha agradecido a los japoneses que apoyan a su marido la vigilia que mantienen frente a la prisión en espera de que el detenido salga.
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