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Las inversiones en pueblos se ajustarán a un riguroso orden de prioridades

Las relaciones entre los pueblos de la provincia y la Diputación sufrirán un cambio sustancial, de acuerdo con las nuevas directrices de la Comisión de Hacienda. El cambio afectará sobre todo a la confección del plan de cooperación, que hasta ahora era una simple acumulación de obras de infraestructura solicitadas por los diversos ayuntamientos, sin orden ni concierto. En años anteriores se dieron casos de municipios avispados que pidieron mucho y otros que, por despreocupación, acudieron tarde al reparto de los fondos y obtuvieron tal vez mucho menos de lo que les correspondería de acuerdo con sus necesidades reales.La mayoría de los ayuntamientos han puesto el grito en el cielo cuando se les informó que no se iba a incluir en el plan ninguna obra que no viniera acompañada de su correspondiente proyecto y justificaciones de un orden de prioridades en cada municipio.

La necesidad de control en la aplicación de fondos comunes se extiende además a otros aspectos de carácter más interno municipal pero que la Diputación estima que debe fomentar. Es el caso de la mejora de los servicios recaudatorios municipales. que hoy por hoy son muy malos, y que acarrean que cada ayuntamiento se quede sin percibir al año una serie de fondos que legalmente le corresponden. La Diputación ha recomendado a los pueblos que pongan al día sus patrones fiscales en cuanto a solares, impuestos de plusvalías, de radicación de empresas, etcétera, y ha prometido toda su ayuda al respecto.

Pocos ayuntamientos, sin embargo, han acometido esta necesaria actualización. Hay que reconocer que tampoco cuentan con medios técnicos suficientes para ello, y aquí es donde entraría la colaboración, no sólo de la Diputación, sino del Ministerio de Hacienda que tampoco se ha preocupado del tenia hasta ahora.

En otros aspectos, la falta de coordinación entre los pueblos y la Diputación es igualmente antieconómica. Como enunció el presidente de la misma, Carlos Revilla, hace unos meses, es absurdo que pueblos sin posibilidades se empeñen en tener cada uno su propio polideportivo o centro cultural, sin medios para ello. La creación de estructuras sanitarias, culturales o de otro tipo de carácter mancomunado, que beneficie a las localidades de un ámbito geográfico cercano, es imprescindible.

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