Los obispos holandeses defienden con firmeza a sus fieles

El sínodo particular holandés ha empezado a entrar en el punto álgido de la discusión. Incluso leyendo entre líneas los comunicados facilitados por el Vaticano, que la prensa italiana califica de «asexuados», es posible ya advertir que los obispos holandeses han comenzado lanzando una gran defensa de sus fieles y aclarando las objeciones que en los últimos años les ha hecho la curia romana y que motivó la decisión del Papa de convocarles en Roma para poner las cartas sobre el tapete.Los obispos, ante la presencia del Papa, han afirmado con mucha convicción que «ciertas expresiones de hostilidad de sus fieles se refieren, más que a la Iglesia, a las modalidades del anuncio de la fe»; que los holandeses desean que se les respete profundamente su voluntad de vivir conscientemente su fe; que el problema en Holanda «es más pastoral que doctrinal»; que permanece muy vivo en Holanda el interés por la Iglesia universal; que no se puede olvidar que ciertos cambios profundos son debidos a los nuevos factores socioculturales con los que se enfrenta la Iglesia hoy, y que los católicos holandeses piden que se respeten ciertos elementos de su vida de fe, como «el reconocimiento de la responsabilidad, el valor de la consulta, el papel de la crítica, las relaciones con la autoridad y el diálogo».

Han indicado que los obispos desean mantener un diálogo abierto incluso con quienes desean separarse de la Iglesia y que existe la impresión de que la curia romana no comprende lo que está sucediendo en el catolicismo holandés, puesto que la mayoría de las críticas que se hacen en Holanda no son a la Iglesia, sino a la curia romana.

Los obispos han hecho un retrato muy detallado de la geografía del catolicismo holandés, que permite tener un claro perfil de los diferentes grupos que se dan en él, desde quienes mantienen sus raíces en la Iglesia anterior al concilio hasta quienes se alejan de la Iglesia institucional porque la juzgan en oposición a los valores evangélicos.

Los prelados menos progresistas han declarado que, aun advirtiéndose en Holanda un despertar de la vida espiritual, ésta se presenta muy confusa, y que lo que no está del todo claro es si se desarrolla bajo la autoridad de la Iglesia, lo cual es necesario examinar.