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La plantilla de SEAT decide, en votación a mano alzada, continuar con la huelga

Hoy proseguirá la huelga de la factoría SEAT de Barcelona, según acordó ayer a mano alzada una asamblea de más de 20.000 trabajadores (sobre una plantilla de la factoría de la Zona Franca de 26.000). Por otro lado, y pese a que CC OO había propuesto volver hoy a trabajar, la prueba de fuerza planteada ayer entre UGT y CC OO dio en principio un resultado muy favorable a esta última central. Dirigentes obreros del PSUC y de CCOO manifestaron a este diario que, pese a ello, era urgente la búsqueda de una salida inmediata. Estas fuentes preveían una reincorporación al trabajo en el curso de la semana o, lo más tarde, el lunes.

El intento de UGT de hacer entrar en la fábrica, a las diez y media de la mañana de ayer, a todos los huelguistas, para organizar una votación secreta sobre la continuidad o no de la huelga, constituyó un claro fracaso. A esa hora, según pudo apreciar directamente este diario, sólo entraron en la factoría un centenar de trabajadores, encabezados por los dirigentes de UGT y sin encontrar resistencia por parte de ningún piquete.Horas antes, a las siete de la mañana, también había entrado un grupo de personas, en general altos cargos o cuadros de la empresa, tras muy leves empujones por parte de un piquete y con una discreta protección de la fuerza pública. A las ocho apareció ante la puerta principal de la factoría el diputado socialista Carlos Cigarrán, quien entró en la fábrica con un grupo de ugetistas.

Sobre las once, todos los trabajadores que habían entrado en la factoría respondiendo al llamamiento de UGT y de la Confederación General de Cuadros se reunieron en la zona denominada «plaza roja». Los congregados eran inicialmente unos cuatrocientos. Posteriormente llegaron a ser unos setecientos. Entre ellos había algunos de los 350 trabajadores que forman parte de los equipos de mantenimiento obligatorios de la factoría. Por el servicio general de altavoces se había convocado la asamblea.

Tomó la palabra un dirigente de UGT, quien afirmó que «no pedimos la vuelta al trabajo, sino entrar en la fábrica para votar. Hasta que no se haya votado no se debe trabajar». A continuación intervino un representante de la Confederación General de Cuadros, quien recordó que, por su parte, «nosotros hemos entrado a trabajar». La tercera intervención corrió a cargo de un «independiente», que se calificó de «independiente total» y ajeno a toda central sindical. «Cada uno», dijo, «debe saber lo que quiere, y no lo que le dicen. Es una huelga empezada desde arriba, y no desde abajo.» A lo que agregó: «Yo me debo a mí mismo», frase que sorprendentemente recibió los primeros aplausos de la asamblea.

Otras intervenciones de dirigentes ugetistas se refirieron a la situación general del país, con alusiones a CC OO con frases como «los que son dictadores de un signo u otro no pueden construir una democracia». Después de la asamblea se prepararon unas urnas para que se pudiera votar en contra o a favor de la huelga. En la votación han participado, según las mismas fuentes, 8.000 trabajadores, el 99% de los cuales se pronunció a favor de la vuelta al trabajo. La central socialista, ante el hecho de que después de varios días de paro es difícil, por problemas técnicos, una vuelta inmediata al trabajo, hace un llamamiento a la dirección de SEAT para que lleve a cabo las gestiones necesarias de cara a que el primer turno del próximo jueves, que entra a las 5.30 de hoy, pueda reanudar el trabajo.

Casi paralelamente, el comité de huelga -integrado, tras el abandono, el lunes, de la UGT, por seis personas de CC OO y dos de la CSUT- había convocado una asamblea general de trabajadores en el polígono polideportivo de SEAT, sito a cerca de un kilómetro de la factoría. Según pudo comprobar directamente este diario, tomaron parte en la asamblea más de 20.000 personas. El campo de fútbol, las gradas y los accesos al mismo estaban abarrotados. El contraste con la asamblea convocada por UGT en el interior de la fábrica era total y absoluto.

Previamente, el comité de huelga se había reunido y habían aparecido unas discrepancias que luego salieron a la luz en la asamblea en forma de dos propuestas perfectamente diferenciadas. Si bien no se hizo público el origen de cada propuesta, una procedía de CC OO y otra de la CSUT, pero fueron presentadas como opiniones existentes dentro del comité de huelga, sin matiz alguno.

La propuesta de CC OO era la de volver al trabajo a partir de hoy, miércoles, efectuar una asamblea dentro de la factoría, acordar la realización de dos horas de paro hasta que no se firme un convenio y llevar a cabo huelga total todos los sábados que se deba trabajar. Según el horario vigente, en 1980 todos los obreros de SEAT deberán trabajar tan sólo doce sábados, el primero de los cuales es el de fecha 26 de enero. Esta propuesta hizo alzar varios cientos de manos, en general con el puño cerrado.

Pero la gran mayoría de los reunidos se inclinó por la propuesta procedente de la CSUT. Consistía en simplemente continuar la huelga, por lo menos hasta la asamblea de hoy, convocada también para las once, en que volverá a considerarse la situación. El triunfo de esta posición hizo que se cantara La Internacional. Durante toda la asamblea, los gritos habían sido: «UGT, sindicato de UCD», «Oído, oído, UGT nos ha vendido», «Convenio, sí; marco, no», «Nicolás, Nicolás, a dónde vas, a la cama con Salat». Estas eran las primeras manifestaciones de un claro antagonismo con UGT, que hasta ayer estaba sólo larvado.

La propuesta procedente de CSUT fue votada, sin duda alguna, por muchos afiliados a CC OO.

Después de la asamblea tuvo efecto una reunión de la agrupación del PSUC de SEAT. La presidió el máximo responsable del movimiento obrero, en el seno de dicho partido, José María Rodríguez Rovira, miembro del comité ejecutivo del PSUC. Sin duda, en la reunión los comunistas intentaron buscar una salida airosa antes que el conflicto se pudra por cansancio, característica tan propia de las huelgas indefinidas. «El objetivo», manifestó textualmente Rodríguez Rovira a este diario, «es entrar en la fábrica y continuar la lucha desde dentro. Hemos de ir hacia paros limitados, en vez de a una huelga indefinida. El convenio de SEAT será de gestación larga y hemos de intentar enlazar su lucha con el conjunto de movilizaciones del sector del metal.»

Otras destacadas fuentes comunistas se refirieron repetidamente al temor de que la huelga se «pudriera» y a su explícita voluntad de hallar una fórmula que permita el volver al trabajo en el curso de esta semana, o lo más tardar el lunes, sin que ello implique el fin de la lucha social.

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