El PAI de Arganzuela plantea de nuevo el futuro de las estaciones ferroviarias
El equipo redactor del Programa de Acciones Inmediatas (PAI) de la zona de Arganzuela-Retiro ha organizado una exposición sobre «¿Qué hacer con Arganzuela?», en la que intenta plasmar, de cara no sólo a los habitantes de la zona, sino a todos los madrileños, la situación urbanística actual de la zona y ofrecer una serie de posibles respuestas para el futuro.
Con esta exposición -que se Inaugura mañana, a las doce, en el edificio de la estación de Delicias- se plantea lo que pueda ser el futuro del centro de la ciudad y se ponen nuevamente de actualidad temas tan controvertidos como el porvenir de las antiguas estaciones ferroviarias de Madrid y el uso que el suelo que ocupan pueda tener.Esta exposición ha de servir de base documental para la discusión pública de cada uno de los temas que plantea y que se desarrollarán a lo largo de los cinco primeros días de la semana que viene. Cada uno de esos días, se celebrará, a las siete y media de la tarde, un debate: el lunes, los equipamientos en el PAI; el martes, el sector inmobiliario en Arganzuela; el miércoles, la situación del transporte en la zona; el jueves, la problemática de la industria en la zona, y el viernes, ¿qué hacer con las estaciones ferroviarias? En cada una de esas reuniones participarán destacadas autoridades en el tema a discutir. El cierre de la exposición, el sábado por la tarde, tendrá como figura principal a los niños, con la actuación del Circo de la Ciudad de los Muchachos.
De entre todo el programa de la exposición destacan dos temas por su actualidad y por su importancia de cara a lo que pueda ser, en un futuro más o menos cercano, el centro de la ciudad. Se trata de la incrustación de zonas de industria no contaminante dentro de la malla urbana y la utilización futura de los terrenos hoy ocupados por las estaciones de ferrocarril, una vez que hayan cesado en la actividad para la que fueron ideadas.
Mantener las zonas industriales
Aunque el PAI de Arganzuela no ha sido concluido todavía en su redacción, el estudio se encuentra ya en una fase muy avanzada, únicamente a falta de que se culmine la discusión pública de la semana que viene. De esta forma se puede conocer lo que será, con toda probabilidad, la propuesta que realice el equipo redactor del programa a los responsables de Coplaco con respecto a las zonas industriales que se ubican en el área.Esta propuesta se encuentra, sensiblemente, en la misma línea que la petición que ha realizado el Ayuntamiento de que sea suspendido el planeamiento que pudiera permitir la erradicación innecesaria de las industrias enclavadas dentro de la ciudad. Este planeamiento, que parte de la modificación del plan general por los planes especiales de la avenida de La Paz y del Manzanares, podría suponer un incentivo para que industrias que están perfectamente instaladas, sobre todo en la zona de la calle de Méndez Alvaro, fueran trasladadas a zonas más alejadas, lo que redundaría, inmediatamente, en un aumento en el paro madrileño y supondría un despilfarro económico, en total desacuerdo con los momentos de crisis económica por los que atraviesa Occidente.
De todas maneras, la propuesta que el equipo redactor del PAI hará a los responsables de Coplaco no pasa de ser eso, una simple propuesta, que no tiene que ser, necesariamente, asumida por éstos, máxime cuando la petición formal realizada por el Ayuntamiento está dirigida a Coplaco y este organismo todavía no se ha pronunciado.
El suelo de las estaciones, para el pueblo
La exposición que se inaugura mañana reverdecerá un viejo tema urbanístico madrileño: la necesidad de que los terrenos hoy ocupados por las estaciones de Atocha, Delícias, Peñuelas e Imperial, además de Príncipe Pío, no sean utilizados -como contemplaba un antiguo proyecto de Renfe- para construir en ellos viviendas. Su destino debería ser -y así lo propone, en principio, el equipo redactor del PAI- instalaciones sociales para ser utilizadas por todos los madrileños.En la actualidad, los planes que Renfe maneja con respecto a esas cuatro estaciones podrían concretarse así: la estación de Atocha pasaría a ser la gran estación ferroviaria del Sur, algo así como un nuevo Chamartín, si bien conservando -y utilizando- el viejo edificio y enterrando la terminal de cercanías. Mientras las estaciones de Imperial y Peñuelas -hoy todavía en servicio, aunque únicamente como terminal de mercancías, a trasladar en el futuro a Coslada- serían cedidas al Ayuntamiento, para que ubicara en sus terrenos diversos servicios sociales. Por lo que respecta a la estación de Delicias, Renfe tiene previsto -después de haber abandonado un proyecto de construcción de mil viviendas- instalar en ella su museo del ferrocarril y mantener el ordenador general de la compañía.
La propuesta que el PAI realice podría estar muy relacionada con esas intenciones, siempre sobre una base: las mejoras del ferrocarril no tienen por qué darse a costa de especular con el suelo hoy ocupado por las estaciones, en total, sesenta hectáreas, sin contar las 57,30 que ocupa la de Atocha.
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